Los hoteleros de Lloret siguen adelante con la desalinizadora privada a pesar del fin de la emergencia | Federació Hostaleria i Turisme de les Comarques de Girona

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Los hoteleros de Lloret siguen adelante con la desalinizadora privada a pesar del fin de la emergencia

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La Vanguardia. “Es una inversión que ha venido para quedarse”, explica el presidente del gremio, Enric Dotras.

Los hoteleros de Lloret de Mar fueron los primeros en buscar soluciones a la falta de agua cuando media Catalunya entró en fase de excepcionalidad, hace unos pocos meses. En febrero anunciaron la compra de una desalinizadora portátil para poder rellenar las piscinas del segundo municipio de Catalunya con más camas hoteleras, solo por detrás de Barcelona.

Una infraestructura hídrica que ha costado 1’5 millones de euros y que pagarán los 130 clientes que contrataron el servicio antes de que la Generalitat pusiera fin a la fase de emergencia y suavizara este martes las restricciones. Gran parte de la clientela son empresas turísticas de Lloret de Mar y de la localidad vecina de Tossa de Mar. También hay un resort de lujo de Caldes de Malavella y dos campings de Sant Pere Pescador.

A pesar de que la salida de la fase de emergencia permite el rellenado de las piscinas privadas y de uso público, como las de los equipamientos hoteleros, la construcción de la desalinizadora portátil, que se lleva a cabo en una empresa de Valencia, sigue adelante.

“Es una inversión que ha venido para quedarse, es un elemento estructural que formará parte de las empresas copropietarias ya que tampoco tenemos garantías sobre la estabilidad de esta decisión (…)  no sabemos cuándo podemos volver a entrar en fase de emergencia de modo que se quedará fija para poder generar agua cuando sea necesario”, explica el presidente del Gremi d’Hostaleria de Lloret de Mar, Enric Dotras. El Govern anunció que al menos durante este 2024 no se volvería a entrar en este escenario.

El calendario de la desalinizadora a Lloret es el que estaba previsto hace unos meses. Dotras explica que la máquina llegará a principios del próximo mes de junio al municipio y que se instalará en un extremo de la playa Gran. Se montará y se dejará lista para que pueda entrar en funcionamiento, cuando sea necesario.

“Si el porcentaje de los embalses de los que dependemos anticipan en junio, cuando llegue la máquina, que en octubre o noviembre podemos entrar en una situación de riesgo, la pondríamos en marcha”, ha concretado Dotras, que celebra que la lluvia caída en las últimas semanas haya permitido salir de la fase de emergencia, a pesar del desembolso que han tenido que hacer los hoteleros para asegurarse una buena campaña turística.

Dotras explica que la decisión de comprar una desalinizadora fue un tema de “responsabilidad”. “Nuestra responsabilidad nos obligaba a tomar medidas para evitar que pudiéramos tener una pandemia turística”, explica. El presidente de los hoteleros de Lloret reconoce que aquél anuncio dio “tranquilidad” a los mercados y que las reservas a día de hoy están por encima de las registradas hace un año.

Un cambio de escenario en el semáforo de la sequía que celebra el sector turístico. La presidenta  de la Unió d’Empresaris d’Hostaleria i Turisme Costa Brava Centre, Bàrbara Hallé, reconoce que salir de la fase de emergencia “da tranquilidad” y elimina la “incertidumbre” de los clientes, que no sabían si iban a contar con agua en las piscinas.

Aun así, Hallé pide al futuro Govern que salga de los próximos comicios que “no se relaje” y lleve a cabo todas inversiones hídricas necesarias. También reclama que no se eliminen las líneas de subvención que se han impulsado durante esta crisis para hacer inversiones en el sector hotelero.

También el sector de los campings celebra la rebaja de las restricciones. El presidente de la Associació de Campings de Girona, Miquel Gotanegra, manifiesta que “es un respiro” aunque reconoce que no deja de ser “un parche”. “Lo que ha salvado la situación es la lluvia”, recuerda e insta a la administración a buscar soluciones para que no se repitan crisis de este tipo.

“Hay que planificar las infraestructuras necesarias para afrontar episodios futuros, no se puede improvisar a cada momento”, asegura e insta a trabajar para reaprovechar las aguas de las depuradoras. “No se puede tirar agua regenerada al mar como se está haciendo hoy día”, manifiesta.

Sobre el impacto en las reservas que puede haber tenido este episodio, Gotanegra explica que la clientela de los campings de Girona está “muy fidelizada”. “Además, desde nuestro sector siempre hemos dicho que las piscinas funcionarían como fuera”, esgrime.

El hotelero, que también es presidente de la Associació d’Empresaris d’Hostaleria de l’Alt Empordà -comarca que todavía cuenta con una docena de municipios en fase de emergencia 2- celebra también la puesta en marcha de desalinizadoras portátiles en Roses y Empuriabrava, tal como anunció el Consorci d’Aigües Costa Brava y la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) hace unas semanas.

Recuerda que Roses en temporada alta puede llegar a consumir 15.000 metros cúbicos de agua diarios y que la desalinizadora generará unos 6.000 metros cúbicos diarios. “El 40% de la población tirará de agua desalinizada”, afirma.

Otro sector turístico de peso en la demarcación de Girona, el de las viviendas de uso turístico pronostica un verano “tranquilo” después de que haya cambiado el escenario de la sequía. Sin embargo, su presidenta, Esther Torrent, se muestra crítica por cómo se ha gestionado la sequía.

“En realidad nos ha salvado la lluvia; hay que planificar a medio y largo plazo”, expone y considera vital la interconexión del Ebro con el Llobregat. “Del mismo modo que el río Ter está conectado con el Llobregat, no se entiende que el Ebro, con un caudal mucho mayor, no esté también conectado”, expone.

También en este sector las reservas van a un ritmo parecido al de hace un año. Entonces el verano se cerró con ocupaciones del 75% en julio y de un 89% en agosto.