Caos en los aeropuertos españoles por restos de un cohete chino
Hosteltur. Los restos de un cohete chino que se salió de ruta el pasado lunes han causado este viernes un auténtico caos de retrasos en los aeropuertos de toda España, con decenas de vuelos con su salida pospuesta hasta que las condiciones de seguridad aérea fuesen óptimas, tras el paso de la chatarra espacial por la atmósfera. Aunque todos los aeródromos se han visto afectados, con demoras medias de 30 minutos, el de Barcelona-El Prat ha sido sin duda el que más alteraciones ha experimentado en su tráfico aéreo, precisamente en el inicio de fin de semana, que es uno de los momentos más delicados.
Más concretamente, AENA ha informado de 157 vuelos retrasados en El Prat, del total de 759 previstos para la jornada de hoy, y de los que 66 tenían una demora superior a los 15 minutos. Pero no ha sido el único, el resto de de aeropuertos catalanes también se han visto afectados.
El caos ha llegado también a las pistas de Aragón y Navarra, que al igual que las catalanas se han visto obligadas a suspender su operativa de forma transitoria. Y, a todo ello, se suman otras situaciones más puntuales, como retrasos en todos los vuelos hacia o desde Baleares, así como en varias conexiones con el aeropuerto vizcaíno de Loiu; o el desvío de un vuelo Bilbao-Málaga hasta el aeródromo de Santander.
El aviso del incidente del cohete de China ha llegado a primera hora de este viernes y automáticamente se han iniciado las restricciones en los vuelos, durante 40 minutos, entre las 09:37h y las 10:17h, ha estado cerrado todo el espacio aéreo afectado por la órbita del cohete, que ha supuesto el cierre de los aeropuertos de Madrid, los catalanes (Barcelona, Lleida y Reus), así como los de Zaragoza y Valladolid.
Espacio aéreo cerrado
La trayectoria del cohete ha cruzado toda la península Ibérica, con un recorrido de 1.200 kilómetros, desde el norte de Portugal, pasando a 80 kilómetros al norte de Madrid y con salida por Cataluña. El espacio aéreo cerrado es el que se extiende por toda esa órbita, con un margen adicional de 100 kilómetros a la derecha y otros tantos a la izquierda.
Este tipo de artefactos se suelen desintegrar cuando entran en contacto con la atmósfera y no provocan impactos en el tráfico aéreo pero en este caso la envergadura del cohete, de unas ocho toneladas, llevó a tomar las decisiones de cierre para evitar incidencias, que no se han producido.