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Hosteltur. Ante la pregunta lanzada por la moderadora de la mesa “Destino 2030”, la locutora Zeinab Badawi, sobre “cómo pueden saber los destinos que están preparados para el relanzamiento del turismo”, Gilda Pérez-Alvarado, CEO global de JLL Hotels & Hospitality, lo tiene claro: “Todos los destinos vuelven al escenario mundial al mismo tiempo, y todos compitiendo entre sí, por lo que cada uno debe encontrar su equilibrio potenciando la calidad, de manera que se aseguren de que los turistas vuelvan y los residentes estén contentos de acogerlos de nuevo”. Pérez-Alvarado ha participado en este encuentro con Xavier Marcé, concejal de Turismo y de Industrias Creativas de Barcelona; María Anthonette Velasco-Allones, directora de Operaciones de la Junta de Promoción Turística de Filipinas; y Raki Phillips, CEO de la Autoridad de Desarrollo Turístico del emirato Ras al Khaimah, celebrado en el marco de la Cumbre Global del WTTC (Consejo Mundial de Viajes y Turismo) en Manila.

El WTTC de hecho, como ha subrayado Gilda Pérez-Alvarado, “ayuda a los destinos a decidir dónde están y qué tienen que hacer para ser competitivos de forma sostenible, pero deben tener claro quiénes son, qué quieren hacer y hasta dónde pueden llegar. Se necesita una hoja de ruta, saber a dónde se quiere ir. Porque sin duda cada destino es singular y debe pensar en su singularidad y sus realidades para poder aprovechar las oportunidades que brinda el mundo pospandemia”.

En Filipinas apuestan, según ha explicado María Anthonette Velasco-Allones, por “la autenticidad como principal ventaja competitiva, sin olvidarnos de la seguridad”. En este sentido Xavier Marcé ha incidido en la necesidad de “involucrar al sector en percibir la transformación mundial que tiene que ver con el turismo, planteando si es necesario promover las diferencias entre los destinos o eliminarlas para parecer todos iguales. Es un matiz muy relevante porque el turismo debe tener como prioridad precisamente promocionar esas diferencias”.

En su opinión las ciudades se enfrentan a tres tipos de problemas: “Un conflicto ecológico, porque la sostenibilidad turística no puede plantearse al margen de la sostenibilidad del resto de sectores, y parte de su responsabilidad también es hacia aquella gente que no viaja; un conflicto cívico, político, para el que debe buscar complicidades en los valores positivos del turismo; y en lo referente a la economía del visitante, que debe favorecer la redistribución de la riqueza y evitar la precariedad laboral”.

Y es que, como ha recalcado Pérez-Alvarado, “el turismo es también la gente que vive en la ciudad, dependemos de los residentes porque es un ecosistema en su totalidad. En esa hoja de ruta a largo plazo para 2030 se deben garantizar los beneficios para todas las partes interesadas, para que de este modo apoyen las iniciativas previstas”.

En ello ha coincidido con Raki Phillips, quien ha señalado que “la comunidad debe beneficiarse de las medidas de sostenibilidad para que las apoyen, y para ello resulta imperativo comunicarlo adecuadamente. El sector público debe invertir en la comunidad para mantener la prosperidad económica”.

Para Marcé “la mejor manera de asegurar la sostenibilidad es procurar que el visitante se comporte mejor incluso que el residente, porque hay una relación clara entre el comportamiento del propio ciudadano y lo que harán los turistas. Sin olvidar que la sostenibilidad es circular, la suma de distintas sostenibilidades: deportiva, social, económica, cultural, etc.”

En esta misma línea la CEO de JLL Hotels & Hospitality ha enfatizado que el presupuesto destinado a sostenibilidad “debe ser a largo plazo, y ser considerado como inversión y no como coste por los beneficios que va a suponer. Pero se exige un cambio de mentalidad, de educación, para hablar de sostenibilidad desde la niñez, como ya ocurre en Costa Rica, donde se recalca la importancia de ser más verde porque si no hacemos nada, perderán lo que es su hogar”. En palabras de Velasco-Allones, “es una inversión de futuro”.

Movilidad, diversificación y formación

El turismo urbano, como ha recordado el concejal de Turismo de Barcelona, “representa el 40% del turismo mundial”, y en destinos como la Ciudad Condal apuestan por “una solución de movilidad, vital para la sostenibilidad, que permita gestionar recorridos turísticos, cambiar rutas del bus turístico si es necesario, promover la utilización del transporte público en las estaciones de llegada de los autobuses discrecionales, organizar las llegadas de cruceros, etc.”.

Por su parte Raki Phillips ha destacado el auge de “destinos secundarios y terciarios, que ganan en popularidad”. No en vano Ras al Jaima es uno de los emiratos más desconocidos: “Es el más meridional, situado a 45 minutos de Dubai, con el que nos complementamos con nuestra oferta de turismo de naturaleza, nuestro producto diferencial, porque sólo hay un Dubai en el mundo”.

En Filipinas abogan, según ha detallado la directora de Operaciones de su Junta de Promoción Turística, por “la formación de habilidades, porque las capacidades son dispares, ante el reto que tienen que afrontar los destinos para aplicar los principios de sostenibilidad. En nuestro país aprovechamos el parón provocado por la pandemia para formar a la gente y apoyar a las pymes en su proceso de digitalización”.