Modelo turístico: el cambio que necesitamos para seguir siendo competitivos
Hosteltur. La necesidad de desarrollar un turismo más sostenible pasa por la transformación del modelo turístico sobre la base de un nuevo modelo económico en cuya generación debe implicarse todos los actores: empresa, administraciones, instituciones formativos y los propios residentes, entre los que es especialmente valiosa la participación de las nuevas generaciones. Sevilla City Office ha organizado esta primavera, en colaboración con la Universidad de Sevilla y la Cátedra de Turismo Inteligente, una serie de charlas participativas bajo el título Smart Talks – Compartiendo el Turismo y el pasado sábado 2 de abril se habló de sostenibilidad en un encuentro cercano entre el sector, la universidad, los estudiantes y las empresas públicas. Una ocasión para abordar ese modelo de futuro.
En un formato muy dinámico, una de las ponencias, bajo el título ‘La necesidad de una economía neutra en carbono’, estuvo a cargo de Juan Luis Pozo Calderón, director de sostenibilidad corporativa Global Omnium. Partió de que en la evaluación sobre la situación derivada del cambio climático, en las últimas décadas se comenzó hablando de prevención, posteriormente de mitigar y ahora ya “hablamos de una emergencia climática, porque ya no se puede mitigar”.
Para poder tener un control de las emisiones, se han creado sistemas para medir la huella de carbono, lo que ha encontrado la resistencia de países en vías de desarrollo que piensan que la han creado los países desarrollados porque no quieren que ellos sigan consumiendo, que avancen y nos adelanten”.
Sin embargo, también ha habido cambios positivos, como es que Estados Unidos se haya sentado por primera vez este año a participar en la Cumbre del Clima y “se ha aprendido de la pandemia” y “se ha hablado por primera vez de investigación, y por eso el hidrógeno verde se ha convertido en una fuente que podría sustituir en menos de cuatro años a todos los combustibles fósiles”, otro aspecto será cómo se llegue a financiar, añadió Pozo.
Respecto al papel de las nuevas generaciones, mencionó la reciente en encuesta de McKinsey para conocer la percepción de los jóvenes sobre el cambio climático a nivel mundial, que concluyó que el 87% de los participantes entre 8 y 18 años tenían una percepción del cambio climático un 418% superior a la que tienen sus padres.
La gran concienciación de los jóvenes sobre la importancia del cambio climático es un claro mensaje para las grandes empresas: sus clientes de mañana, no de dentro de diez años, no les van a comprar si no cambian su modelo económico”, es decir, que “van a dejar de ser competitivas”.
Y hay que plantearse qué sectores industriales van a entrar dentro de ese modelo económico. En las cumbres del clima se planteaba que el turismo entrara en 2028 pero probablemente se adelante al 2026. “Cuando todos los países están copiando un modelo de turismo sostenible que se está basando en vender productos neutros en carbono, es porque no nos van a comprar si no vendemos un producto neutro en carbono”.
Para ello, añadió, “tenemos que ser capaces de medir oficialmente la huella de carbono, poner en marcha proyectos que nos ayuden a reducir al máximo esas emisiones, y finalmente tendremos que adoptar un modelo económico donde tengamos capacidad de absorber con proyectos de ciudad, con proyectos de infraestructuras verdes, y tengamos capacidad de adaptarnos”.
En este sentido, Carmen Clarisa Castreño, Coordinadora general de Empresas Municipales y Seguimiento Presupuestario del Ayuntamiento de Sevilla, presentó ante un público muy joven su ponencia sobre un novedoso proyecto desarrollado en la ciudad: Respira Nervión: Tranvía y corredor verde.
Explicó que la ciudad desarrolla un plan estratégico con tres ejes fundamentales: un turismo sostenible que ponga a los ciudadanos, a los residentes en el centro de las acciones, repercutiendo positivamente también en el turista; una movilidad sostenible; y una concepción de la ciudad como territorio del urbanismo y la arquitectura bioclimática.
Ubicado en esta estrategia se encuadra la ampliación del tranvía desde la estación y el intercambiador de San Bernardo hasta la estación de Santa Justa. Dentro de este proyecto, en dos avenidas que son alrededor de un kilómetro, “que son áridas para la vida ciudadana y para la convivencia, se van a crear criterios de arquitectura bioclimática, se van a sembrar 400 árboles y 33.000 arbustos, se van a ampliar las aceras, creando en casi un kilómetro a ambos lados distintos ambientes para hacer agradable y distraído el ir a la calle”, con zonas de sombra y vegetación que ·”sin duda hará que la temperatura descienda”. Luego se añadirán también pavimentos drenantes que eviten inundaciones y permitan que el agua llegue a la vegetación.
Por su parte, Mario Castellanos, director de la Cátedra Turismo Inteligente de la Universidad de Sevilla, en su charla sobre
Sostenibilidad a través del turismo patrimonial, habló de la experiencia desarrollada en torno al conjunto arquitectónico de Itálica, para conocer de qué forma se podía mejorar la satisfacción del turista, el fruto obtenido por los empresarios de la zona y la comodidad de los residentes de Santiponce. También se entrevistó a un panel de expertos.
“La idea era mejorar la gestión de la actividad turística y la gestión del recurso patrimonial”. El tercer elemento es la sostenibilidad. “Buscamos un desarrollo sostenible, a través de un turismo sostenible de un producto patrimonial”. Y ello “pasa innegablemente por buscar la participación del residente para que tenga en la comunidad el apoyo a todas las políticas turísticas.