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Hosteltur. Las navieras de CLIA se comprometen a alcanzar las emisiones netas cero en carbono en 2050. Si el turismo ha sido el sector de la economía más golpeado por la crisis sanitaria causada por la COVID-19, el de los cruceros es sin duda el subsector que más ha sufrido las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia. Pero tras superar los peores meses del coronavirus, la industria pone ya rumbo a la recuperación, aunque no prevé que se alcancen los niveles de pasajeros precovid hasta finales de 2023. La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) ha aprovechado la celebración de Seatrade Cruise Global, la mayor feria de cruceros del mundo, que se ha celebrado hasta este jueves en Miami (Florida), para dar a conocer nuevos datos que evidencian la reactivación del mercado.

Los protocolos sanitarios implementados a bordo y en los puertos han permitido reanudar las operaciones y más de 7,5 millones de pasajeros han podido disfrutar de un crucero en cerca de 90 mercados pese a la persistencia de la pandemia.

En el caso de España, los puertos nacionales han recibido más de 810.340 cruceristas en el primer trimestre de este año, lo que supone un incremento del 643% respecto al período enero-marzo de 2021, pero está todavía un 65% por debajo del récord de 2019.

La presidenta y CEO de CLIA, Kelly Craighead, ha avanzado durante su intervención en el salón de Miami que “a medida que la industria reanuda sus operaciones, se espera que el volumen de pasajeros se recupere y supere los niveles de 2019 a finales de 2023 y se prevé que sea un 12% superior a los niveles previos a la pandemia a finales de 2026”.

En el escenario más optimista, CLIA calculaba en enero que a finales de este año se podría alcanzar los viajeros de antes de la crisis sanitaria.

Craighead ha defendido que “un crucero es una opción vacacional abierta a todos, responsable y experiencial, convirtiéndose en la mejor alternativa para descubrir el mundo para personas de todas las edades e intereses. Con el apoyo de una comunidad increíblemente resiliente, el futuro de la industria es brillante”.

Según las últimas estadísticas de CLIA, la intención de realizar un crucero está repuntando. El 63% de los cruceristas o potenciales cruceristas indica que es “muy probable” o “probable” que se embarquen en un crucero en los próximos dos años.

El 69% de los encuestados que nunca ha realizado un crucero asegura que está abierto a realizar uno, superando los niveles previos a la pandemia.

En relación con la posibilidad de disfrutar de otro crucero, los cruceristas millennials son los que muestran un mayor entusiasmo. El 87% indica que navegará en los próximos años. Este grupo es seguido por la Generación X con un 85%.

Sostenibilidad medioambiental

Al tiempo que reanudan su actividad, las compañías de cruceros han reforzado sus políticas en materia de sostenibilidad medioambiental.

Entre los anuncios que se han realizado en la feria, se incluye el compromiso de las navieras que forman parte de CLIA de llegar a emisiones netas cero en carbono para 2050.

Además, para 2035 todos los barcos que atraquen en puertos donde la conexión a la red eléctrica a tierra esté disponible deberán estar equipados para poder conectarse, permitiendo el apagado de los motores y eliminando las emisiones de carbono durante el tiempo que esté atracado en el puerto.

Mientras, en aquellos puertos que no dispongan de conexión eléctrica a tierra, los buques usarán las tecnologías alternativas bajas en carbono que sean requeridas en cada puerto.

CLIA recuerda que al equipar los buques con sistemas de conexión a tierra, y utilizando esta tecnología en aquellos puertos donde esté disponible, la industria de cruceros puede así eliminar sus emisiones en puerto, beneficiando a las comunidades locales.

La patronal de los cruceros también ha adelantado que se unirá al Llamamiento para la Descarbonización del Transporte Marítimo del Global Maritime Forum, que aspira a convertir las cero emisiones en el estándar para 2030.

El presidente de CLIA, Pierfrancesco Vago, ha insistido en el compromiso de la industria en la “búsqueda de soluciones para la descarbonización del transporte marítimo” y para “la reducción de su huella de carbono”.