La cesta de la compra registra las primeras bajadas de precio en dos años | Federació Hostaleria i Turisme de les Comarques de Girona

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La cesta de la compra registra las primeras bajadas de precio en dos años

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La Vanguardia. Una quincena de alimentos básicos entra en deflación por el alivio de los costes.

La cesta de la compra está registrando las primeras bajadas de precio desde el 2022, con una quincena de alimentos básicos que han entrado en deflación (IPC negativo) y que son más baratos que un año atrás. Desde que arrancara la espiral inflacionista hace ya más de dos años, el encarecimiento de todos los productos alimenticios analizados por el INE ha sido constante, con alzas interanuales que han llegado hasta el 16,6% en el conjunto de la cesta de la compra. Una situación sin precedentes que ha puesto a la industria agroalimentaria y a la distribución en el ojo del huracán y que ha provocado profundos cambios de hábitos de consumo.

 Con más o menos fuerza, la comida, fuese del tipo que fuese, no paraba de subir de precio. Hasta ahora. La tendencia ha dado un giro que pocos anticipaban, pues prevalece la idea de que todo lo que sube no baja de precio, a excepción de los productos frescos, muy ligados a la climatología. El conjunto de la cesta de la compra sigue en inflación (4,4% en mayo), pero ya hay hasta 16 alimentos que empiezan a abaratarse durante los primeros meses de este 2024. La harina (-1% en mayo), la pasta (-2%), productos elaborados a base de cereales (-3,4%), la leche entera (-0,8%) y desnatada (-3,7%), la mantequilla (-1,8%), el aceite de girasol y otras semillas (-17,8%) o productos lácteos (-1,6%) son algunos de ellos –ver gráfico–. En total, el 30% de los alimentos estudiados por el INE –sin contar las bebidas– está en deflación. Parte de estos tiene el IVA reducido o rebajado, medida que entró en vigor en enero del 2023 y que el Gobierno acaba de prorrogar.
Leche, pasta, harinas, aceite de girasol o legumbres… casi un tercio de productos se abaratan

Fuentes de la distribución normalizan el proceso y explican que todos los alimentos que están bajando de precio dependen enormemente del coste de las materias primas –energía, fertilizantes, cereales…–. Si son más baratos ahora, argumentan, “probablemente sea porque el coste de producción está disminuyendo; existe una correlación clara entre lo que ocurre en origen y en destino”, en los lineales de los supermercados.

Tomás García Azcárate, investigador del sector agrario del CSIC, apunta a una “normalización” del mercado mundial de los cereales, gracias en parte a la circulación del trigo de Ucrania, paralizado parcialmente al inicio de la invasión rusa. El precio de estos cereales, básico en la formación de los precios que llegan hasta el consumidor, se encuentra en fase de descenso, indican los últimos datos publicados por el Ministerio de Agricultura y Alimentación. Con ellos se fabrican harinas y pasta o se alimenta a los animales con los que luego se produce carne, leche y derivados como el yogur o la mantequilla. En el caso del aceite de girasol, el inicio de la guerra en Ucrania llevó su precio a niveles nunca vistos debido a los problemas de suministro –hubo escenas de desabastecimiento en muchos supermercados, que tuvieron que limitar la compra para no quedarse sin producto–. Ahora, simplemente, está volviendo a su valor ha­bitual.

El mercado mundial de cereales se normaliza

Desde la organización agraria COAG apuntan asimismo a una tendencia a la baja en los costes de producción el último año, “aunque ahora empezamos a ver cierto repunte”, advierten. Añaden además otro elemento que está tirando a la baja los precios en los supermercados: el auge de la marca blanca y la pugna entre distribución y fabricantes.

La inflación de los alimentos ha impulsado la presencia de la marca blanca en la cesta de la compra como nunca: del 38,3% del 2021 al 43,4% a cierre del 2023, según datos de la consultora Kantar. En alimentación envasada, la proporción de marca del distribuidor sube al 44,7% y en los lácteos, la cifra aumenta aún más en favor de las enseñas del supermercado. Se trata del grupo de alimentos que más está bajando de precio, en parte, porque la marca blanca, ahora con más peso en la cesta de la compra, es más económica. Pero también, señala García Azcárate, porque los fabricantes están reaccionando abaratando sus productos para intentar parar la pérdida de cuota de mercado.

La disminución no compensa aún el incremento sin precedentes de los últimos veinte meses

En el caso concreto de la leche, el sector, con tensiones recurrentes entre ganaderos, fabricantes y distribución, se muestra preocupado por que esta caída del precio final conlleve “una banalización del producto”. “Esto ha ocurrido años atrás, en los que un litro de leche costaba menos que un litro de agua”, des­taca Luis Calabozo, director general de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil).

Ahora bien, mucho tendría que seguir bajando el precio de estos alimentos para llegar a los niveles previos a la espiral inflacionaria. La leche se ha encarecido por encima del 9% durante 20 meses consecutivos, con picos del 37,3%. Algo similar ocurre con la pasta, también con 20 meses seguidos de subidas de precio. El resto de los alimentos analizados sigue el mismo patrón: casi dos años de incrementos hasta que el 2024 ha roto la tendencia.

La mejora de la climatología este año, con más lluvias, debería seguir aliviando el coste de las principales materias primas si la situación geopolítica no empeora. La cesta de la compra tendría así margen para seguir moderando los precios.

Esperanza para el aceite de oliva

El aceite de oliva permanece como el alimento básico que más se encarece. Si se compara con el año pasado, el coste se ha incrementado un 62,8% respecto a mayo del 2023. Ahora bien, este último mes su precio bajó por primera vez en tasa mensual desde enero del 2023. En concreto, un 2,1%. El gigante del aceite Deoleo prevé en este sentido que las lluvias de esta primavera permitan tener una buena cosecha el próximo invierno. De esta manera, calculan, los precios descenderían de entre los siete y ocho euros el litro en origen de hoy en día, hasta los cuatro o cinco euros el litro a partir de enero del 2025.