Juegos Olímpicos de Invierno: Barcelona 2030 versus Jaca 1998
Hosteltur. La Generalitat presenta el proyecto de candidatura para organizar la Olimpíada invernal en Cataluña. Tres ciudades ha presentado ante el Comité Olímpico Internacional (COI) su proyecto para acoger los Juegos Olímpicos de Invierno en 2030: Sapporo, Salt Lake City y Barcelona. En el caso de la capital catalana, la candidatura oficial se llamará Pirineus-Barcelona. Sin embargo, las expectativas turísticas que genera un proyecto de este calibre han hecho surgir voces en contra de inmediato. Mientras, en Aragón se sienten traicionados y miran con nostalgia los tiempos de la candidatura Jaca’98.
El pasado 3 de agosto, el gobierno catalán confirmó que impulsará “el proyecto de candidatura para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno Pirineos Barcelona, basada en criterios de sostenibilidad ambiental, equilibrio y cohesión territorial y aprovechamiento de las infraestructuras”.
“El objetivo es maximizar el retorno económico y social más allá de la celebración de este evento, en consonancia con lo establecido por el COI”, informó el ejecutivo catalán.
Además, “al proyecto se incorporarán mecanismos de participación ciudadana, entre los que está la previsión de celebrar una consulta a fin de encontrar el máximo consenso posible con los territorios llamados a participar”.
¿Y los Pirineos de Aragón?
En la nota de prensa oficial del gobierno catalán, con fecha 3 de agosto de 2021, no había ninguna mención a Aragón.
De hecho, el presidente aragonés, Javier Lambán, había anunciado dos semanas antes que rompía el compromiso de una candidatura conjunta con Cataluña para organizar los JJOO de Invierno en la que ambas comunidades debían participar “en pie de igualdad”.
Según añadía Lambán, su confianza en el gobierno catalán es “inexistente, dada la deslealtad mostrada por este hacia el COE, que es el organismo que con mucho acierto ha liderado hasta ahora la posible candidatura y el que necesariamente ha de seguir haciéndolo si sigue adelante”.
Oposición a la candidatura en los Pirineos catalanes
El proyecto de la Generalitat para traer las Olimpíadas de Invierno a Barcelona y los Pirineos tampoco está haciendo amigos dentro de Cataluña.
Este verano se acaba de poner en marcha #StopJJOO, una plataforma de entidades en contra de dicha candidatura.
“Hay que dejar de impulsar el monocultivo turístico y diversificar la economía. Hay dejar de convertirse en un parque temático e invertir en sectores necesarios para la vida. Hay que dejar de ignorar la emergencia climática”, afirma dicho colectivo, que anuncia protestas para el mes de octubre.
“Los JJOO de Invierno son un macroproyecto que representa el máximo exponente de un modelo socioeconómico impuesto, fracasado y depredador de nuestros ecosistemas y que aboca a las vecinas del Pirineo, especialmente las jóvenes, a trabajos estacionales y mal pagados”, añade la plataforma.
Nostalgia de Jaca’98
Las trifulcas políticas entre políticos catalanes y aragoneses sumadas a las movilizaciones populares en contra de la candidatura Pirineos-Barcelona no parecen ser un buen presagio y en todo caso contrastan con el precedente de Jaca’98.
La Olimpíada de Invierno de 1998 se celebró finalmente en Nagano, Japón, pero al menos durante el tiempo en que la candidatura aragonesa estuvo activa se generó un gran consenso alrededor de este proyecto.
“Una candidatura para las olimpiadas de invierno en aquel momento parecía posible tras el éxito de Lillehammer, un pequeño municipio del interior de Noruega, cuyo mayor éxito fue precisamente su tamaño. No había grandes distancias, los tiempos de desplazamiento entre diferentes competiciones eran pequeños y se favorecía la convivencia entre todos los deportistas, periodistas, etc”, explica Pedro Marco Hernández, director general de Inturmark Hoteles, empresa con sede en Jaca.
“Entonces el sueño olímpico de Jaca tenía una importante base y un fuerte respaldo. La estrategia se basaba en potenciar la organización de eventos deportivos para demostrar la capacidad de organización. Los apoyos eran muy relevantes, desde el entonces presidente español del COI, Juan Alberto Samaranch, hasta los deportistas españoles que comenzaban a destacar en competiciones internacionales de deportes de invierno, como la tristemente desaparecida Blanca Fernández Ochoa”, recuerda Pedro Marco.
“En algunos valles del Pirineo en los que seguimos viviendo del deporte invernal, recordamos con nostalgia esos años en los que todos los esfuerzos se alineaban con un objetivo común, ese sueño olímpico hoy abandonado”. Y es que según apunta este veterano hotelero, “toda esa estrategia de competiciones, apoyos y desarrollo de deporte invernal se ha ido desdibujando”.
“Y ante las recientes declaraciones del Gobierno de Aragón pidiendo mayor protagonismo en la candidatura de Barcelona, en los valles pirenaicos aragoneses no podemos mostrar más que perplejidad. Una vez pasados los ‘fuegos artificiales’, los titulares de prensa… En serio ¿Cuál es el plan?”.