Experiencias inmersivas: ocho hoteles únicos para descubrir nuevas pasiones
La Vanguardia. Los viajeros ya no buscan solo un alojamiento cómodo y bonito, sino también propuestas capaces de ofrecerles un acercamiento a las tradiciones del lugar.
San Agustín decía que el mundo es un libro y los que no viajan leen solo una página, una visión que seguramente compartan los viajeros más apasionados. No obstante, en estos meses complicados, incluso aquellos que no estaban tan acostumbrados a explorar diferentes países y culturas se dieron cuenta de lo profunda que puede ser la experiencia del viaje. Y de cuanto se la puede echar en falta.
Viajar va más allá del mero entretenimiento, amplía horizontes e implica probarse en situaciones desconocidas, sumergirse en las costumbres de otros países, experimentando sus culturas, sabores y tradiciones. Significa vivir una transformación. También por esta razón, y para ofrecer una alternativa al turismo depredador y superficial, muchos hoteles del mundo proponen experiencias inmersivas en el contexto local, con las que entender algo más del lugar donde se aterriza.
Udon House. Fideos tradicionales en Shikoku, Japón
Una de las propuestas más interesantes proviene de Japón, en la isla de Shikoku, la más pequeña y rural de las cuatro islas más grandes del país. Es un lugar de peregrinaje y cuenta con una de las playas más fotogénicas de Japón. También es el hogar de los fideos udon. La isla está tan orgullosa de esta pasta blanda de trigo sarraceno que ahora cuenta con un hotel dedicado: el Udon House surge en una ‘okiya’ (el alojamiento donde entrenan las geishas) restaurada por dos empresarios locales.
Su objetivo es transmitir el arte de la elaboración de los udon a una nueva generación, así como dar a conocer su orgullosa cultura e historia a un público más amplio. En una estadía típica de dos días en el Udon House, los huéspedes pueden seguir un curso de cocina udon, aprender sobre la fermentación, visitar a un granjero local, unirse a un tour por los 600 restaurantes locales a bordo del Udon Taxi, y también salir en kayak en el mar de Seto.
Hotel Espacio. Como el rey de Hawái en Honolulu
Más abajo en el Océano Pacífico, en Waikiki, el famoso barrio playero de Honolulu, en Hawái, encontramos las lujosas suites del Hotel Espacio: un paraíso para el viajero más exigente. Desde aquí comienza el Tour de los Guantes Blancos hacia el majestuoso Palacio Iolani, sede de los últimos monarcas de Hawái. Esta experiencia ofrece a los huéspedes la oportunidad de vivir un día como los de la realeza hawaiana.
Acompañados por el Chambelán Real, los visitantes se adentran de manera íntima y privada en el Salón del Trono, el Comedor del Estado y la Biblioteca del Rey Kalakaua. En el ático del Palacio, los huéspedes llevarán un par de guantes blancos con los que podrán tocar los objetos de la colección real que no están expuestos al público.
Banyan Tree Mayakoba. Platos milenarios en la Riviera Maya, México
Si viajamos al mar Caribe, el Banyan Tree Mayakoba, en la Riviera Maya de México, brinda la posibilidad de sumergirse en la cultura de la península de Yucatán. También en este caso el vehículo para acercarse a las costumbres y tradiciones locales es la gastronomía. De hecho, la ‘Haab Maya Destination Dining Experience’ consiste en una aventura culinaria de cuatro horas para poner en contacto los viajeros con las raíces mayas.
Una experiencia para tastar platos milenarios del Yucatán, acompañados de bailes y cantos prehispánicos
En una atmósfera mística, rodeados por las profundidades de la selva, los huéspedes están invitados a disfrutar de una comida familiar compuesta por siete auténticos platos milenarios locales, sentados en una mesa circular de hormigón con forma de calendario maya. Todo ello amenizado con bailes y cantos prehispánicos típicos de la región.
Grand Hyatt Baha Mar. Taller artístico. Nasáu, Bahamas
El arte y la naturaleza protagonizan la experiencia ofrecida por el Grand Hyatt Baha Mar, en la costa norte de Nasáu, Bahamas. El complejo está equipado con un taller donde los huéspedes pueden experimentar sus capacidades en diferentes tipos de artes.
Además, los viajeros también tienen la oportunidad de participar en la alimentación de especies en peligro de extinción en el santuario ecológico del hotel, que consta de tres ambientes distintos: el santuario marino, la playa de las tortugas y el hábitat de los flamencos.
Rabot Hotel. Viaje al centro del cacao. Soufriere, Santa Lucia
En estas mismas aguas, en la isla de Santa Lucía, se encuentra el paraíso de los viajeros chocolateros. El Rabot Hotel es un refugio encantador formado por catorce eco-viviendas en un triunfo de espacios abiertos y materiales sostenibles. El hotel se encuentra en medio de la selva tropical, a 300 metros sobre el mar, un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Dentro del complejo se halla el restaurante con cocina a base de cacao, el Cacao Bar y el Cacao Spa.
El hotel, de hecho, está ubicado en una finca de 1745, donde cultivadores de cacao orgánico y sostenible todavía producen uno de los mejores y más premiados chocolates del mundo. Los huéspedes del hotel pueden participar en las etapas de procesamiento, caminar por el bosque de cacao y hasta la cima del majestuoso monte Gros Piton, visitar el volcán y los manantiales de azufre para darse un chapuzón en un agua rica en minerales. Además de crear su propio chocolate.
Borgo Santo Pietro. El sabor de la ‘dolce vita’ en Toscana, Italia
En esta gira por los hoteles que ofrecen experiencias de viaje inmersivas y originales es hora de volver a Europa. Ubicada en un granero reconvertido, junto al hotel rural de lujo Borgo Santo Pietro, en las colinas de la Toscana italiana, se encuentra la Borgo Cooking School, el escenario perfecto para cualquiera que desee explorar su amor por el arte culinario local. En el Borgo Cooking School hay cursos de cocina con ingredientes recolectados del propio huerto del hotel
Los cursos de cocina están diseñados para principiantes, familias y aspirantes a chefs, con ingredientes recolectados directamente en el huerto del hotel. Un viaje sensorial que ofrece la oportunidad de saborear la dolce vita italiana, cocinando pan con levadura madre de 82 años, extendiendo la masa para la pizza, preparando pasta fresca con las señoras locales o descubriendo los secretos de la elaboración artesanal del queso.
Cabanes als Arbres. Viaje interior. Sant Hilari Sacalm, Girona
Por supuesto, la inmersión no solo se logra con la gastronomía o las tradiciones locales, antes que nada hay que fundirse con el entorno. Esto es lo que garantiza el primer alojamiento de España de cabañas colgadas de los árboles, en el maravilloso bosque de Sant Hilari Sacalm, en Girona. Desde 2009, estas cabañas de madera se integran dentro de un paisaje de montañas y bosques situados en el noreste de Catalunya.
Un lugar mágico donde los viajeros pueden conectar con la naturaleza y con su propia esencia, además de cumplir con el sueño de todos los niños de dormir en un árbol. A las cabañas se accede mediante un puente colgante o una escalera vertical y el desayuno se sirve dentro de una cesta, colgada de una polea. Si bien existen pequeños lujos como una sala de masajes y una piscina abierta, la experiencia en este caso es sobre todo interior.
Hotel Aire de Bardenas. Paisaje lunar. Tudela, Navarra
La última propuesta que destacamos es la del Hotel Aire de Bardenas, situado en medio de un campo de trigo, junto al Parque Natural de las Bardenas Reales de Navarra. La estructura ha sido galardonada con treinta y cinco premios de arquitectura, interiorismo, y fotografía, y no es de extrañar.
Las imágenes de sus habitaciones con forma de cubo o burbuja han dado la vuelta al mundo, gracias a un diseño vanguardista que se funde magistralmente con el desierto, el amanecer, la luna, las estrellas y el susurro del viento. El hotel ofrece también una inmersión en el mundo del aceite de oliva virgen extra, con catas y explicación del proceso de confección ecológico. Algo más que un viaje.