El turismo, ante los retos a los que se enfrenta en 2024
Hosteltur. Las dificultades para atraer talento, lograr el equilibrio entre turismo de masas y de lujo o cómo apostar por la sostenibilidad para mantener la competitividad de empresas y destinos son sólo algunos de los retos a los que se enfrenta el sector en 2024; un año en el que todos coinciden se ralentizará el crecimiento. Así lo han afirmado las integrantes de la mesa “Claves de futuro: los retos del turismo en 2024”, en la III Convención de Turespaña que se está celebrando en San Sebastián, en la que han participado la secretaria de Estado de Turismo, Rosana Morillo; Encarna Piñero, CEO de Grupo Piñero; Juan Ortí, presidente y consejero delegado de American Express España; y Maribel Rodríguez, vicepresidenta sénior del WTTC (World Travel & Tourism Council); con Amanda Mars, directora de Cinco Días y de Economía de El País, como moderadora.
En 2024, como ha avanzado la secretaria de Estado, “el sector vivirá un momento de gran fortaleza y resiliencia, aunque el ritmo de crecimiento se ralentizará porque será difícil mantener los índices de este año, y también dependerá de la situación geopolítica y su influencia en el turismo”. A pesar de este “año extraordinario”, el sector se enfrenta a profundos retos, para los que estas expertas han propuesto soluciones.
Falta de talento
Encarna Piñero ha incidido en que “el problema de la dignificación de la mano de obra en turismo ya venía de antes del COVID, pero después se ha convertido en un gran problema. Para contrarrestarlo no basta con que las compañías garanticen planes de carrera a sus empleados u horarios con los que puedan conciliar, porque en este sector son difíciles, no es una oficina, es muy sacrificado. Por eso te tiene que gustar, tiene una gran parte de vocación”.
Y es que, según ha reconocido, “en el pasado el sector ha atraído a personas no tan cualificadas y se les ha formado, pero ahora necesitamos una cualificación y transformación desde el inicio, incluso en colegios, implicarles en lo que significa el turismo. Por ello entre todos debemos aunar esfuerzos para dignificar al profesional en los distintos niveles de formación y la carrera, contagiando al empleado de lo maravilloso que es trabajar en turismo, la industria de la felicidad, la ilusión y las experiencias de las personas”.
En cuanto a la flexibilidad del mercado a nivel salarial, como ha subrayado la CEO de Grupo Piñero, “los sueldos se han incrementado en los últimos años hasta estabilizarse; se está trabajando mucho por mayor concienciación pública y privada, y va a continuar para acabar con este problema en un futuro próximo”.
Por su parte, Juan Ortí ha retomado alguna de estas medidas para enumerar los tres factores que están provocando este problema y sus posibles soluciones. Así, él también considera que “el problema de formación se da ya desde el colegio, donde se puede empezar a capacitar a la gente en la parte digital. También hay que hacer valer el prestigio del sector, la narrativa de que hay un propósito, ofrecer mejores subidas salariales. Y por último, acometer mejoras de procesos y productividad de la mano de la tecnología, como la inteligencia artificial y la automatización, enfocándolas a determinados puestos que cuesta cubrir y reservando al ser humano para tareas que aporten valor añadido adicional”Y es que, según ha reconocido, “en el pasado el sector ha atraído a personas no tan cualificadas y se les ha formado, pero ahora necesitamos una cualificación y transformación desde el inicio, incluso en colegios, implicarles en lo que significa el turismo. Por ello entre todos debemos aunar esfuerzos para dignificar al profesional en los distintos niveles de formación y la carrera, contagiando al empleado de lo maravilloso que es trabajar en turismo, la industria de la felicidad, la ilusión y las experiencias de las personas”.
Ése es el gran dilema para los destinos de éxito, según ha admitido la secretaria de Estado. Pero “no hay una misma solución para todos los territorios; cada uno debe encontrar su capacidad de carga, qué infraestructuras tiene y cómo conseguir un equilibrio entre turista y residente”.
En su opinión, “debemos plantearnos qué modelo turístico queremos tener; si podemos seguir creciendo en destinos de éxito a costa de la experiencia del visitante y residente, de generar externalidades negativas hacia su población; en qué punto estamos. Debemos realizar este diagnóstico ante el gran volumen de visitantes que se espera, para poder tomar decisiones valientes”.
En esta misma línea apuesta por “un equilibrio entre turismo de masas y de lujo, cuyo visitante busca experiencias más personalizadas y exclusivas. La clave reside en conseguir crear destinos donde todos se sientan especiales, que lo que les ofrezca encaje con lo que tenía en mente, con sus expectativas de vacaciones. Poder satisfacer a todos es un gran reto, más fácil para sector público y residentes, pero no es sencillo y no sé cómo se puede solucionar”.