El número de microempresas cae y tienen el empleo congelado desde el 2019 | Federació Hostaleria i Turisme de les Comarques de Girona

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El número de microempresas cae y tienen el empleo congelado desde el 2019

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La Vanguardia. Contrasta con el 20% de incremento de la ocupación en las grandes compañías

La economía va razonablemente bien y las empresas crean empleo, de forma que el número de afiliados ya se sitúa por encima de los 21,3 millones, y con perspectivas de que el crecimiento económico siga en el entorno del 2,3% el próximo año. Sin embargo, al examinar con más detalle los datos de empleo, se observa una gran diferencia entre las grandes empresas, que son las que realmente crean ocupación con las microempresas (menos de diez trabajadores), que se mantienen con el empleo congelado, y que han reducido su número desde el 2019. Actualmente, hay un 1,9% menos que en aquel momento.

Son los datos que expone el indicador Cepyme sobre la situación de las pequeñas y medianas empresas. Señala primero una constatación: como la creación de empleo va en función del tamaño de la compañía, con las más pequeñas rezagadas hasta el punto de que, comparando el cuarto trimestre del 2019 hasta la actualidad, se compagina un crecimiento del empleo del 20,1% de las grandes compañías con una expansión nula de las microempresas. En estas empresas de menos de diez trabajadores hay tantos empleados ahora como antes de la pandemia. En cambio, el porcentaje va subiendo en función del tamaño: en las pequeñas (10-49 empleados) hay un 5,8% más, y en las medianas (50-249 empleados) un 11,2%.

Una recuperación desigual que castiga especialmente a las empresas pequeñas por el aumento del coste de los insumos, los servicios y especialmente, los laborales, según indican desde la patronal de las pymes. Argumentan que aunque hay un repunte de las ventas, más facilidades de crédito y una inflación moderada, no compensan el perjuicio de las alzas de costes acumulados. Inciden especialmente en los costes laborales, con lo ya acumulado, un aumento del 4,2% interanual en el último trimestre de este año, que se amplia al 18,1% si se compara con el 2019; y además con los que asoman en el horizonte.

Aquí, de cara al próximo año, se suman varios elementos. Por un lado, el aumento de las cotizaciones sociales, con la actualización del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que será del 0,8% y la entrada en vigor de la cuota de solidaridad con una cotización adicional para los trabajadores con salarios superiores a la base máxima. Por otro, el previsible aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que los sindicatos plantean que sea del 5 o 6%, y también la reducción de jornada, que el Gobierno prevé aplicar a lo largo del próximo año.

En este terreno, las pymes son dobles perdedoras. Lo son porque el impacto de la subida del SMI es superior, dado que, por su menor productividad, es donde el SMI representa un mayor porcentaje del salario medio; y también porque es donde la jornada laboral más tendrá que reducirse para alcanzar las 37,5 horas que se van a establecer. Es en las grandes empresas donde el esfuerzo será menor porque su horario ya está muy por debajo de las 40 horas semanales legales. Una muestra de esta mayor dificultad de las pymes para adaptarse al nuevo horario fueron las últimas propuestas del Ministerio de Trabajo de ayudas para pequeñas empresas y microempresas para facilitar la transición; bonificaciones y subvenciones luego retiradas cuando la CEOE se desmarcó de la negociación.

Cepyme atribuye el estancamiento de las pequeñas empresas al alza del SMI y las cotizaciones

El peor comportamiento de las pequeñas empresas también se refleja en las ventas, un terreno en el que. una vez más, quedan rezagadas respecto al comportamiento de las de tamaño superior. Es cierto que en el tercer trimestre de este año, las ventas han aumentado un 5% interanual, pero si se retrocede hasta la época prepandemia aparece que los volúmenes vendidos por las empresas pequeñas, ajustados a los cambios en los precios, son apenas un 0,6% superiores a los del 2019. En cambio, en las compañías medianas el porcentaje sube hasta el 14,5%.