Empresarios catalanes acuden a Puigdemont para influir sobre Sánchez
La Vanguardia. El papel protagonista que Junts ha conseguido en la gobernabilidad de España, influyendo en cada una de las medidas que el Ejecutivo central trata de sacar adelante, ha sido identificado por el mundo socioeconómico catalán como una mina a explotar. El siguiente frente negociador que se abre en el Congreso, la reducción de la jornada laboral, es buena muestra de ello. Entidades profesionales, patronales y sindicatos están viajando a Waterloo o prevén hacerlo en busca de la influencia determinante de Carles Puigdemont sobre el Gobierno, y decantar así el futuro de la medida.
La intención de los empresarios es que Junts frene con su oposición la iniciativa estrella del ministerio de Trabajo y su titular, Yolanda Díaz. Hoy mismo se ha producido uno de estos encuentros en Bélgica. Una delegación de la Unión Patronal Metalúrgica (UPM) y el Consell de Gremis de Catalunya, federación de entidades de representación empresarial y sectorial, se ha trasladado allí para abordar este asunto y tratar de convencer al líder de Junts para que obstaculice la reducción de los tiempos de trabajo.
En el encuentro con Puigdemont, que ha empezado a las 16 horas, han participado Jaume Roura, presidente de la Unión Patronal Metalúrgica (UPM) y Fecavem (patronal de los distribuidores de automoción), y Joan Guillén, presidente del Consell de Gremis de Catalunya, además de otros representantes profesionales.
A las organizaciones les preocupan los efectos negativos que pueda tener un ajuste de la jornada sobre la productividad y los costes, y buscan la ayuda de Junts para evitarlos. Además de la oposición a la nueva jornada, de 37,5 horas semanales, los empresarios trasladaron a Puigdemont la necesidad de acordar medidas de este tipo a través de la negociación colectiva, en lugar de mediante leyes “impuestas” desde el ministerio de Trabajo.
Una nota difundida por la patronal metalúrgica tras la reunión señala que Puigdemont ha sido “receptivo en todos los aspectos” y se ha comprometido a “apoyar al empresariado y los trabajadores de nuestro país mejorando la estabilidad en todos los ámbitos: el económico, el laboral y el social”.
La reivindicación de la patronal metalúrgica catalana y de los gremios ya fue protagonista de un acto a mediados de diciembre en el que reclamaron, junto a Foment del Treball y otras entidades, un apoyo al diálogo social y la economía productiva. En él, se tildó de “injerencia unilateral” la propuesta de reducción de la jornada que plantea la ex líder de Sumar.
El Gobierno tiene previsto aprobar el anteproyecto de ley para la reducción de jornada en el próximo Consejo de Ministros e iniciar a partir de entonces su trámite parlamentario. Es ahí donde empresarios y sindicatos tratan de tener a Junts de su parte. Lo intentó el mes pasado el recién reelegido líder de la UGT, Pepe Álvarez, que también se vio con Puigdemont en Bélgica para tratar de convencerlo de lo contrario: facilitar la jornada de 37,5 horas.
En los próximos días, organizaciones del sector comercial preparan también una visita con el político posconvergente. Fuentes del mundo socioeconómico subrayan la ascendencia creciente de Puigdemont en lo asuntos gubernamentales, a lo que añaden la restitución de su figura como interlocutor. Destacan en este sentido el encuentro que el presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre, mantuvo con él en Perpiñán en abril. Muchos lo vieron –añaden– como un signo de vindicación.
Lo cierto es que desde entonces, las llegadas a Waterloo de diferentes colectivos, tanto sociales como económicos, se han multiplicado. Se trata, afirman desde este entorno, de grupos de diversa tendencia ideológica, cada uno con su agenda. Explican sus reivindicaciones como hacen –aseguran– con cualquier otro líder político. Aunque en el caso de Junts, dada su fructífera estrategia en el Congreso, esperan sacar mayores réditos. Y para ello, dicen, no vale con interlocutar con sus delegados. “Hay que hablar directamente con Puigdemont, que es quien manda ahí”, señalan.
Por su parte, el líder de Junts está promoviendo un acercamiento al sector empresarial de Catalunya. Los posconvergentes intentan recuperar el terreno perdido en el ámbito económico, donde el espacio heredero de CiU ha gozado siempre de una posición destacada y sólidos lazos.