Las claves económicas que están marcando el turismo en 2023
Hosteltur. La inflación y el endurecimiento en los tipos de interés marcarán el poder de compra de los hogares en 2023. Javier Ibáñez de Aldecoa, economista de CaixaBank, anticipa que, pese al escenario económico, el sector turístico puede ser optimista porque en los principales mercados emisores “las tasas de ahorro todavía están por encima de las del 2019”, hay interés por parte de los asiáticos en volver a viajar a España y es previsible que la demanda de largo radio comience a normalizarse. Javier Ibáñez de Aldeoca participará del Foro Hosteltur 2023, evento que el próximo 3 de mayo volverá a reunir en Madrid a los CEO, presidentes y directivos del sector turístico para analizar el futuro a corto y largo plazo y trazar la nueva hoja de ruta táctica y estratégica para seguir creciendo.
Nuestro escenario está marcado por dos claves, que también marcan el escenario turístico: inflación y endurecimiento de las condiciones financieras. El ciclo inflacionista ya lo vivimos bastante intensamente el año pasado y está siendo un poco más persistente de lo que inicialmente podíamos esperar. En parte porque el shock energético de la segunda mitad de 2021 ha dado paso a un shock de precios de alimentos que afecta al poder de compra de los hogares. Por otro lado, tenemos el incremento de tipos de interés del Banco Central Europeo. Este ciclo de subidas de tipos, que empezó también a mediados de 2022, esperamos que tenga un impacto importante sobre la capacidad de compra de los hogares. Estos dos shocks están afectando y están yendo en el sentido contrario que nos gustaría, porque está aminorando el poder de compra de los hogares en el conjunto de Europa.
En términos técnicos es negativo, pero ¿cómo se está trasladando a la economía real?
A pesar del escenario un poco dantesco, los resultados para la economía española no son malos. Todas las variables económicas están aguantando mejor de lo que podríamos haber esperado. Los niveles de actividad económica, el consumo, la producción industrial, el sector turístico, están dando señales de bastante fortaleza. Vimos un pequeño frenazo de la economía a finales del año pasado, pero ahora, con los datos de empleo, de actividad, de sentimiento empresarial, vemos que la economía está ganando algo de velocidad. Para el 2023 lo que esperamos es que este dinamismo no tenga muchísimo más recorrido.
La economía tiene que llegar a un tope y acabar adoleciendo estos problemas de inflación y tipos de interés que estamos viendo. Sin embargo, no esperamos una recesión, ni mucho menos. Esperamos que el crecimiento de la economía esté alrededor del 1,3% para este año y que el consumo aún crezca en términos reales
¿Qué hay que esperar del comportamiento de los principales mercados emisores?
Los problemas a los que está expuesta la economía española son los mismos problemas a los que están expuestos nuestros clientes. El Reino Unido sí que está sufriendo un poco más y está dando señales de más de debilidad, pero a pesar de ello, las llegadas de turistas, el consumo, el gasto turístico muestran datos muy buenos. El entorno es complicado, pero los resultados están sorprendiéndonos muy positivamente.
El gasto turístico de alemanes, de británicos, de clientes de la Unión Europea en su conjunto está yendo muy bien. También hay señales de que empezamos a recuperar clientes de largo rango, de Estados Unidos y Latinoamérica, y vemos algo muy esperanzador para este año: el interés de los mercados asiáticos por volver a viajar a España, esto lo vemos en búsquedas de Google, que es un indicador que seguimos bastante.
Cree que se repetirán las cifras turísticas del 2022?
El boom del año pasado realmente no fue tal boom. Nos dio una sensación de boom cuando miramos los ingresos, porque los precios nos han ayudado bastante, pero en términos de turistas no recuperamos los niveles de 2019 en el verano. Para este año esperamos niveles cercanos a los de 2019, porque fuera de temporada ya estamos viendo que el volumen de turistas está incluso por encima. En términos de gasto será mejor, porque ha habido un proceso inflacionista en el sector turístico, respondiendo al alza de costes, y por el creciente interés de los turistas internacionales y domésticos.
El año pasado el ahorro fue clave para los viajes, ¿cuál es la situación en este momento?
Las tasas de ahorro lo que nos están diciendo es que todavía hay margen, que el ajuste no ha sido tan sustancial como para pensar que los turistas internacionales y españoles ya no tienen ahorro para financiar sus viajes
De hecho, en algunos países de nuestro entorno, de la Unión Europea, las tasas de ahorro todavía están por encima de las del 2019, que sería el nivel más o menos habitual.
¿Los españoles volverán a viajar al exterior este año?
Los niveles de viajes al extranjero de los españoles están muy por debajo de los del 2019. Nosotros tenemos un indicador interno viendo cómo es el gasto con las tarjetas en el extranjero y todavía está entre un 16 y un 20% por debajo. Eso debería empezar a normalizarse. Hemos aprendido que viajar por España es interesante y probablemente una parte la vamos a retener, pero creo que gradualmente vamos a ver una recuperación en las salidas al extranjero.
Perdemos a un cliente, pero no creo que sea un problema gracias a la recuperación de los turistas de largo rango
¿Cuál es la previsión respecto al turistas de largo radio?
En 2019 decíamos que los mercados emergentes nos presentaban más potencial de crecimiento y que veíamos poco margen de crecimiento para británicos, alemanes, franceses, italianos. Los niveles de llegadas, sobre todo del sudeste asiático, están muy por debajo del 2019 y entendemos que también ahí tiene que haber un proceso de normalización y recuperación gradual. En cuanto a estadounidenses y latinoamericanos, los niveles ya son los del 2019 y en gasto están incluso por encima.
¿Qué deben hacer las empresas para atravesar un año que parece positivo pero que tiene sus altibajos?
Es positivo lo que vemos, pero realmente estamos en un escenario de shock de costes importante, tanto por el encarecimiento de la deuda como por el encarecimiento de los consumos como la comida para abastecer hoteles y restaurantes, la luz o el gas que necesitas para las calderas. Estamos en un entorno complicado y las empresas del sector tienen que estar atentas para intentar atajar cualquier exceso en gastos. Y aquí vemos un riesgo, que es el encarecimiento del trabajo. El incremento salarial por ahora se mantiene en niveles relativamente asumibles, de alrededor del 4%, y entendemos que seguirá en esos rangos a lo largo del año. Pero está el riesgo de que el encarecimiento de los alimentos vaya más allá o sea más persistente, y que el encarecimiento de los salarios se haga más profundo.
El incremento de costes es el gran riesgo para el sector este año. Entonces tienen que estar muy atentos para intentar transmitir esos aumentos a su clientela, de manera de, sin perderla, poder mantener sus márgenes y así mantener sus niveles de inversión, que es un poco la garantía de que el sector siga creciendo. Al final es el juego de intentar transmitir el shock de costes para no tener que absorberlo de manera completa, porque esto puede ser más persistente de lo que nos podíamos esperar.