Garamendi: “Hay que proteger al turismo por su importancia para el país”
Hosteltur. Entrevista Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, afirma que “hace falta un PERTE transformador muy específico para el turismo”.
Uno de los objetivos de la reforma laboral, acordada entre el Gobierno y los agentes sociales y recientemente aprobada por el Congreso de los Diputados, es reducir la temporalidad. Es una de las peculiaridades del mercado laboral español y una circunstancia que afecta de lleno al sector turístico por su elevada estacionalidad. Para paliar esta situación, el nuevo reglamento ha introducido cambios en los contratos fijos-discontinuos con lo que “han mejorado de forma sustancial”, según explica Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Considera que contribuirán a que este sector sea más atractivo para el empleo. Por otro lado, pone en valor la resiliencia de las empresas durante la pandemia de la COVID-19 y señala que la colaboración público-privada ha sido fundamental en esta crisis.
¿Cuáles serán los principales efectos de la reforma laboral para el turismo, teniendo en cuenta que es un sector muy afectado por la temporalidad?
Hay que valorar varios temas. Por un lado, hemos mantenido la esencia de la reforma de 2012 y hemos mantenido el concepto de flexibilidad, que era muy importante para las empresas y estaba recogido en el artículo 41, que se ha quedado como estaba, de tal manera que permite a la empresa adaptarse, que es lo que pedía Europa. Otro elemento muy importante, que estaba pendiente, era la subcontratación, que ahora aporta mayor seguridad tanto a las empresas como a los trabajadores. Cuando una empresa externalizaba determinados servicios, aplicaba su propio convenio al personal que subcontrataba, ahora tiene que seguir el convenio sectorial.
De esta manera se da una seguridad a los trabajadores, porque no se podrá utilizar un convenio de empresa para establecer un sueldo a la baja, tendrá que ser como mínimo el fijado en el convenio sectorial, al tiempo que la norma deja claro a las empresas cuál es el marco de la subcontratación.
Por otro lado, en lo que se refiere a la temporalidad, Bruselas plantea que España está muy por encima en temporalidad con respecto al resto de Europa. En este sentido, la reforma laboral ha introducido cambios en los contratos fijos-discontinuos. Una modalidad, en el que ahora se tiene que hacer un proceso de migración y que puede ayudar a que el sector sea más atractivo para el empleo y pueda evolucionar con mayor flexibilidad. Va a permitir dar estabilidad a pesar de la estacionalidad.
Además de las temporadas turísticas, en determinados momentos las empresas necesitan contratar trabajadores por periodos más cortos, para un evento en un hotel, por ejemplo. ¿Cómo se les da una solución?
Hay tres aspectos, en estos casos las empresas pueden tener fijos-discontinuos, al igual que las ETT [Empresas de Trabajo Temporal] y, además, se pueden hacer contratos temporales durante 90 días al año, que no tienen por qué ser seguidos. Lo que se ha marcado, y viene de Europa, es que más de 90 días empieza a no ser temporal. Como en todo, habrá un periodo de adaptación, pero creemos que cuando las empresas conozcan bien los contratos para fijos-discontinuos, que han mejorado de forma sustancial, van a utilizarlos más, al igual que las ETT, que también van a hacer contratos indefinidos.
¿El nuevo esquema de subcontratación da respuesta a las reclamaciones de las camareras de piso, más conocidas ahora como las kellys?
Con el artículo 42, aplicando la externalización al convenio sectorial, el tema está arreglado. La empresa es el eje donde se toman las decisiones de la propia empresa, esto para nosotros era clave, pero hay un punto que establece que no puede haber ningún convenio por debajo del sectorial, desde el punto de vista del salario. Aunque la realidad es que en España apenas hay 39.000 personas por debajo de esos convenios.
El Gobierno y los sindicatos han acordado establecer el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 1.000 euros desde este año, una subida que no ha contado con el apoyo de la CEOE…
Hemos planteado varios criterios por los cuales no compartimos esta subida, que supone un incremento del 5,5% en los últimos cuatro meses y del 35% en los últimos tres años. Primero, el momento. Las empresas y especialmente las pymes tienen un problema de solvencia, ya no es de liquidez. Segundo, hay sectores que están pasando auténticas dificultades, y uno de ellos es todo lo que afecta al turismo, un sector que hay que proteger porque es una industria importantísima para el país. Antes de la subida ya había ocho comunidades autónomas que rebasaban el 60% del salario medio con el salario mínimo, en algunas de ellas el turismo tiene una gran influencia.
Además, se están rebasando incluso los propios convenios, se está rompiendo la propia mesa de negociación bilateral entre trabajadores y empresas. Sin olvidar que la Administración no cambia los contratos que tiene con las empresas, pero les ha subido un 35% los salarios que tienen que pagar cuando muchas de ellas están en pérdidas.
Una vez aprobada la reforma laboral, se negocia una modificación del sistema de cotización de los trabajadores autónomos, un perfil muy frecuente en el sector turístico. El objetivo es cotizar en función de los ingresos reales y el Gobierno propone hasta 13 tramos. ¿Qué supondrá en la práctica?
Si fuera así de sencillo, estaríamos todos de acuerdo. No estamos discutiendo que se pague en función de lo que se gana desde un punto de vista progresivo. A través de ATA, la mayor organización de autónomos de España, que está integrada en CEOE y nos representa en la mesa de negociación, nos trasladan que no se están teniendo presentes los gastos del autónomo.
En el caso de un autónomo dependiente, sus ingresos son prácticamente el salario, y pueden estar de acuerdo con pagar según los ingresos. Sin embargo, a otros profesionales, como puede ser un guía turístico, le contabilizan solo los ingresos, pero no puede descontar los gastos que implica su trabajo. Defendemos que hay que tener presente, como en una empresa, cuáles son los gastos propios de la actividad y sobre eso se verá cuál es el rendimiento neto, cuáles son los ingresos reales. Pensamos que si no se actuara así, sería injusto y se crearía un problema y un agravio a los autónomos.
Por otro lado, el día 28 de febrero termina la última prórroga de los ERTE vinculados a la pandemia acordada entre el Gobierno y agentes sociales. Desde el ámbito turístico, el sector que concentra más trabajadores bajo este sistema de protección, se pide que se amplíe hasta junio e incluso hasta final de año.
En la propia reforma laboral hemos gestionado algo que creo que era importante y es que se contemplan tres tipos de ERTE: los TOP, los de fuerza mayor y lo que se ha denominado el Mecanismo RED. Le hemos pedido al Gobierno que nos explique ya qué va a hacer. Posiblemente, sea más complicado mantener el mecanismo de fuerza mayor porque el momento es diferente, estamos mejor y se están levantando las restricciones, pero seguramente hay sectores que requerirán un plan específico, como pueden ser las agencias de viajes, y ese mecanismo ahora está contemplado en la reforma laboral. Lo que es evidente, y así lo hemos planteado, es que aunque la marea ha pasado, ha dejado muchos destrozos. Además, hay que ver cómo evoluciona la pandemia, pues aunque estamos mejor, no podemos decir que ya estamos recuperados. Por tanto, las ayudas al sector, y especialmente las ayudas a preservar el empleo, no pueden ser retiradas de forma inmediata.
Usted ha planteado la necesidad de un PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) para este sector, pero la ministra de Turismo, Reyes Maroto, defiende el plan de Transformación del Sector Turístico, dotado con 3.400 millones de euros en tres años, frente a esa medida ¿Qué ventajas tendría un PERTE para el turismo?
Los PERTE son transversales y el turismo es un macrosector, aparte de su importancia en el PIB, es fundamental para otras actividades Pensamos que hace falta un PERTE transformador muy específico para el turismo, teniendo en cuenta todos los desafíos a los que se enfrenta, como la digitalización, la sostenibilidad o la formación, que es muy importante. Se habla de adaptarse, pero para eso todos tenemos que estar muy preparados. Desde el consejo de turismo estamos trabajando, de forma transversal, con las asociaciones territoriales, las asociaciones sectoriales y las empresas, las iniciativas necesarias para diseñar una hoja de ruta común con una estrategia de turismo país.
Después de estos dos años de grave crisis, con cero actividad en el turismo durante unos meses. ¿Qué retos tienen que afrontar las empresas a partir de ahora?
Durante la pandemia las empresas han demostrado una resiliencia enorme y se ha demostrado también que la colaboración público-privada es fundamental. Hemos avanzado varios años en lo que iba a pasar en un año y medio, como es el caso de la digitalización. España en turismo es un ejemplo. Tengo la fortuna de viajar por el mundo y las empresas, en el plano turístico, son un auténtico ejemplo. Tenemos lo mejor de lo mejor y los mejores gestores. Confío mucho en el capital humano español y en know how que se tiene.
Por eso pedimos que se cuente con el sector privado cuando se ponen en marcha consorcios públicos para impulsar el turismo, que cuenten con nuestras asociaciones de empresarios para explicar qué es lo que hace falta en una ciudad, en una zona… Hay muchos planes de sostenibilidad que están impulsando los ayuntamientos, las diputaciones, pero ¿dónde están los que saben de esto?
Precisamente, y teniendo en cuenta que muchos de esos proyectos se están financiando con los fondos europeos, algunas entidades del sector han criticado que en la primera distribución de estas ayudas en el sector no se haya contado con la participación privada en la gestión de las mismas.
Es fundamental que la parte pública sepa que la parte privada es la que dinamiza. Se necesita a quienes están en el día a día. No decimos que la parte privada lo decida todo, pero es importante que se cuente con ella. Como CEOE estamos por toda España. Por tanto, pueden contar con las organizaciones, tanto de hoteles, de hostelería, de transportes… Si alguna organización está capilarizada de verdad es la CEOE, a través de territorios y a través de sectores.
¿Cree que el turismo debería ocupar un puesto más relevante en España, a nivel económico, político y social? Parece que es una industria menor al lado de la eléctrica o la automoción, por ejemplo.
El turismo es un macrosector, abarca numerosas actividades y, además, es Marca España, lo que ayuda mucho a otros sectores cuando vas fuera. Cuando llegué a la presidencia de CEOE tuve muy claro que había que dar importancia al turismo y abrimos específicamente un departamento para turismo, cultura y deporte porque los tres son muy importantes. El turismo tiene un espacio específico dentro de esta casa porque no es uno más, es global porque es la suma de muchos sectores.