La inflación percibida en turismo, 7 veces la real, impacta en la demanda
Hosteltur. En Simon-Kucher plantean si los hoteles han cruzado la línea roja del precio en algunos destinos.
Más allá de los índices reales de inflación, la percepción de los clientes sobre ésta sigue siendo la clave para explicar su comportamiento. En este sentido, en la consultora global de estrategia y marketing Simon-Kucher and Partners siguen observando una diferencia exagerada entre ambas, especialmente en los sectores de ocio y restauración. Esta brecha ya ha impactado en la demanda en la primera mitad del año.
En el segundo trimestre del año la inflación continúa a la baja, situándose en el 3% en Estados Unidos, un punto porcentual por debajo de la del mes anterior, y en Europa en 6,1%, la cifra más baja desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania.
Sin embargo la mayor distorsión entre la medición técnica y la percepción de precios vuelve a producirse en la industria del ocio. Los clientes encuestados por Simon-Kucher perciben una inflación siete veces superior a la real (29% vs. 4%), aunque esta brecha ya se está reduciendo en los más jóvenes, que pretenden incrementar su gasto en comparación con el del año pasado.
Por el contrario, se amplía en los de mayor edad, llegando a multiplicar por 8,5 la inflación real, lo que provocará que continúen reduciendo tanto su frecuencia de gasto en ocio como el importe. “El papel de las promociones será clave en la industria de cara a mitigar la caída de visitas y gasto, sobre todo en los grupos de mayor edad”, como apuntan desde la consultora.
Restauración
En la industria de la restauración el cliente está percibiendo una inflación del 26% frente a la medida por el índice técnico del 7%, casi cuatro veces superior a la real. A pesar de que esta tendencia se repita un trimestre más, tanto el canal de reparto a domicilio como el de comida en restaurante muestran mejoras en las expectativas de frecuencia, especialmente el primero. Respecto a las expectativas de gasto, se mantienen estables en el primero y mejoran en el segundo.
Los restaurantes, según recomiendan en Simon-Kucher, “deberán seguir focalizándose en mejorar la imagen de precio a través de promociones y en segmentar sus locales adaptándose a la disposición al pago de sus clientes. La segmentación tiene como objetivo proteger aquellos restaurantes con clientes más sensibles y monetizar aquellos que muestran una mayor disposición al pago”.
Desde la consultora destacan que “los consumidores perciben subidas de precios en el sector del transporte mucho más elevadas de lo que realmente son, a pesar de las perspectivas positivas del aéreo, con el incremento este verano del número de asientos disponibles en comparación con el de 2019, lo que sugiere que las aerolíneas confían en una temporada sólida”.
Por su parte, y a pesar de las excelentes previsiones iniciales, las reservas hoteleras han disminuido desde julio, especialmente en mercados clave como Alemania y Reino Unido, debido en parte a que los precios que están percibiendo algunos segmentos de viajeros, superiores a los reales, superan su disposición a pagar.
Como respuesta, subrayan en Simon-Kucher, “las cadenas están adaptando sus estrategias de posicionamiento, lo que tendrá un impacto relevante en los resultados de la temporada, y plantea la cuestión de si hemos cruzado la línea roja de precio en determinados destinos”.
Para Miguel Afán, socio de Simon-Kucher & Partners y experto en la vertical de Viajes, Restauración y Ocio, “la brecha entre la percepción y la realidad de la inflación destaca la importancia de comprender al consumidor. Sólo abordando sus percepciones reales las empresas podrán desarrollar estrategias efectivas para mantener la demanda en un entorno económico cambiante”.
Y es que, según añade, “como seguimos viendo subidas de precio, y por tanto inflación en el horizonte, vemos necesario ser muy cuidadosos en estas subidas para proteger especialmente los segmentos de cliente más sensibles al precio, mientras activamos promociones para generar interés en la demanda”.