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La economía europea empieza por fin a crecer

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La Vanguardia. Sólo hay un problema con los comentarios acerca del “aterrizaje suave” de Europa: su economía nunca ha llegado a volar de verdad. Mientras que el crecimiento de Estados Unidos no ha dejado de provocar asombro, el de Europa ha sido ínfimo. Si excluimos Irlanda, donde las estadísticas nacionales están distorsionadas por las compañías multinacionales que minimizan su factura fiscal, el PIB de la Unión Europea ha aumentado en torno a un 3% desde 2019, frente a un incremento del 9% en Estados Unidos.

Pese a todo, no cabe duda de que las perspectivas económicas europeas están mejorando. Los datos publicados el 15 de mayo indican que la eurozona creció un 0,3% en el primer trimestre de este año con respecto al trimestre anterior. Se trata de una subida modesta, pero se trata del primer crecimiento significativo en seis trimestres consecutivos y ha sido suficiente para que el bloque monetario salga de la recesión. Ese mismo día, la Comisión Europea mejoró sus previsiones de crecimiento comunitario para 2024. “Creemos que hemos doblado un cabo”, se congratuló el comisario de Economía Paolo Gentiloni.

El sur comunitario (tradicionalmente su zona más rezagada) ha crecido más deprisa que el norte; e Italia ha superado a Francia y también a Alemania. En parte, eso se debe al fondo de recuperación de la Unión Europea puesto en marcha durante lo peor de la pandemia de covid-19, pero que sigue bombeando fondos. Además, al sur de Europa “le va mejor cuando la inflación es un poco alta”, señala Claus Vistesen, de la consultora Pantheon Macroeconomics, ya que el aumento de los precios hace más llevaderas las grandes deudas. El norte de Europa, por su parte, ha sufrido más el encarecimiento del gas provocado por la invasión rusa de Ucrania.Russian President Vladimir Putin, center, and Alexander Karamyshev, Hero of Russia, and the head of aerial weapons training and tactical training center visit the 344th State Centre for Deployment and Retraining of Flight Personnel of the Russian Defense Ministry in Torzhok, Tver region, 217 km (136 miles) north-west of Moscow, Russia, Wednesday, March 27, 2024. (Mikhail Metzel, Sputnik, Kremlin Pool Photo via AP)

Si la inflación deja de ser problemática, la política monetaria puede ahora apoyar la recuperación europea. Un puñado de bancos centrales ya ha recortado los tipos de interés. Hungría, que empezó a subirlos antes que la mayoría de los países, los ha reducido ya siete veces. En la República Checa, los tipos han bajado al 5,25% desde el 7% de diciembre. El Riksbank sueco, un barómetro para el BCE, los recortó por primera vez el 8 de mayo. Los mercados esperan que el BCE baje su tipo de interés oficial tres veces este año, a partir del 5 de junio. En cambio, estiman que la Reserva Federal estadounidense sólo los reducirá una vez.

Las compañías están aprovechando la divergencia transatlántica. Las ventas de bonos “yanquis inversos”, como se conoce a la deuda denominada en euros emitida por entidades estadounidenses, se han disparado. Según el Bank of America, de mantenerse durante el resto del año la tendencia de los cuatro primeros meses de 2024, las ventas de ese tipo de deuda podrían eclipsar los 88.000 millones de dólares registrados en 2019, cuando los tipos de interés negativos en Europa presentaron un fuerte contraste con el máximo del 2,5% alcanzado en Estados Unidos tras la crisis financiera. Muchos de esos bonos (emitidos a cinco años) también necesitan ahora ser refinanciados. La deuda se utiliza sobre todo para financiar las operaciones europeas de las compañías estadounidenses.

n la inflación se ha contenido. Las cifras publicadas el 17 de mayo señalan que en abril la tasa anual de crecimiento de los precios en la eurozona se ha mantenido estable en el 2,4%, no demasiado por encima del objetivo del 2% del Banco Central Europeo (BCE). La inflación subyacente, que excluye los inestables precios de los alimentos y la energía, bajó del 2,9% al 2,7%, lo que significa que la desinflación viene impulsada por algo más que el desplome de los precios del gas, que han caído a alrededor de una cuarta parte desde el nivel alcanzado en 2022. De modo alentador, eso se ha logrado sin un aumento del desempleo. La tasa comunitaria de desempleo ha sido del 6,1% en el primer trimestre de este año, justo por encima de su nivel histórico más bajo desde el cambio de milenio.