La Agencia Catalana de Turismo pide medidas para recibir turismo ruso
Hosteltur. El turismo ruso es muy apreciado debido a su alto nivel de gasto por parte del sector turístico catalán, que reclama soluciones para permitir cuanto antes la llegada de turistas de esta nacionalidad, ya que las fronteras de su país con la UE siguen cerradas y su vacuna no está homologada por la sanidad europea, según han señalado desde la Agencia Catalana de Turismo. En 2019 llegaron a Cataluña más de 795.000 turistas rusos que generaron un gasto de más de 1.160 millones de euros, cifra que lo sitúa en el quinto mercado internacional que más ingresos deja en la comunidad.
Según ha explicado a Efe el director de la Agencia Catalana de Turismo, David Font, aunque hay algunos vuelos entre Rusia y la UE, esto no permite que lleguen turistas de manera generalizada, cosa que podría suceder a partir de finales de agosto o septiembre, lo que supondría perder la temporada de verano.
Otro elemento que destaca Font es que la vacuna rusa, de momento, no está validada ni por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ni por el Gobierno español, lo que dificulta que los ciudadanos rusos vacunados puedan venir.
Por ello, Font espera que se reabran las fronteras cuanto antes y que, si la vacuna es uno de los requisitos para ello y si cumple los protocolos sanitarios, se homologue con rapidez.
El turismo ruso es uno de los mercados “maduros” más fieles en Cataluña, ya que viaja todo el año, tiene un alto poder adquisitivo y se mueve por todo territorio, pues le interesa el turismo urbano, las compras, la playa, así como la cultura o la gastronomía.
Los más de 795.000 turistas rusos llegados a la Comunidad en 2019, con un gasto medio por turista de 1.492 euros, avalan la necesidad de recuperar este emisor. El turismo de esta nacionalidad que llega a Cataluña supone entre el 50 y el 60 % del total de las llegadas desde Rusia a España
Según Font, la Generalitat trabaja para “garantizar la recuperación del sector turístico” y hay determinados mercados, como el ruso, que son “estratégicos”.
En este sentido, Cataluña participó este año en la feria de turismo de Moscú (MITT) con el reto de mantener el buen posicionamiento que ya tenía antes de la pandemia entre este público.
Una muestra de la importancia del turismo ruso para la capital catalana es que el consorcio Turismo de Barcelona realizó en abril su primera misión de promoción presencial desde el inicio de la pandemia a Rusia, concretamente a Moscú y San Petersburgo.
La directora de Turismo de Barcelona, Marian Muro, ha pedido, en declaraciones a Efe, que se agilice la homologación de la vacuna y ha mostrado su preocupación por el hecho de que los rusos, de momento, no puedan venir a Cataluña este verano.
Ha puesto como ejemplo de la gravedad del tema que hay hoteles en el litoral cuya facturación depende del turismo ruso entre un 40 y un 70 %.
Petición de todo el sector
El portavoz de la Federación de Hostelería y Turismo de la Provincia de Tarragona, Xavier Guardià, ha asegurado que para la Costa Dorada el ruso es el tercer mercado internacional, después del francés y el británico, con más de 1,2 millones de pernoctaciones en 2019.
Dentro de Cataluña, la Costa Dorada es uno de sus destinos preferidos, por lo que Guardià espera que la situación se solucione en breve para que vengan a Cataluña en lugar de irse a otros mercados de la competencia.
Según el presidente de la Asociación de Comerciantes del Paseo de Gracia, Luis Sans, el turista ruso es un buen cliente para el comercio y ha destacado también que hay muchos rusos con segunda residencia en Barcelona.
Desde Barcelona Oberta, que agrupa a los principales ejes comerciales turísticos de la ciudad, su presidente, Gabriel Jené, también considera que los rusos son uno de los grupos de turistas más importantes para el comercio del centro de la ciudad, especialmente en el sector del lujo.
Además, ha ratificado que se empieza a notar cierto auge de visitantes en general, lo que considera “positivo” y quiere decir que “no nos han olvidado” porque, aunque el incremento de la movilidad permitida todavía es marginal, “ya se nota el movimiento”.