Francia no aplicará restricciones de viaje a España y Portugal
Hosteltur. Francia no va a impedir que sus ciudadanos vayan de vacaciones a España o Portugal, pese al mensaje de la semana pasada en que desaconsejaba hacerlo por el repunte epidémico en ambos países, pero pide una mayor vigilancia en lugares como Cataluña, donde los contagios se han disparado. El portavoz del Gobierno francés, Gabriel Attal, insistió este martes en que no está previsto aplicar restricciones de viaje a España y Portugal, al tiempo que anunció que pasan a su “lista roja” -lo que en la práctica hacen casi imposibles los desplazamientos- Túnez, Cuba, Mozambique e Indonesia. Por otro lado, Francia ha decidido que las restricciones recaigan sobre los no vacunados y que para llevar una vida social normal sea necesario el certificado sanitario.
En la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, Attal descartó “prohibir a los franceses ir de vacaciones a España o Portugal”, al ser preguntado sobre un eventual cambio de condiciones de viaje después de que el jueves pasado el secretario de Estado de Asuntos Europeos, Clément Beaune, desaconsejara viajar allí. Añadió que “se pide vigilancia se vaya donde se vaya de vacaciones, a Francia o al extranjero”, aunque “evidentemente en ciertos países o en ciertos territorios de esos países donde el repunte epidémico es más fuerte, por ejemplo en Cataluña, donde la tasa de incidencia entre los jóvenes es de hasta 1.000, se pide una vigilancia reforzada”.
A la cuestión de si se excluye por principio la posibilidad de que otro país de la Unión Europea pase a la “lista roja”, su respuesta fue que “las consideraciones que nos guían son siempre de carácter sanitario y de orden operativo” así como “un cierto pragmatismo”.
La cuarta ola en Francia
Attal dijo que en Francia “la cuarta ola ya ha empezado”, que la situación en otros países europeos donde los contagios se han disparado “constituye una situación de alerta”, y que eso justifica la necesidad de acelerar la vacunación porque la tasa de cobertura “sigue siendo insuficiente”.
El portavoz desgranó algunos de los anuncios hechos este lunes por el presidente francés, Emmanuel Macron, que afirmó que el personal sanitario y todos los profesionales que tratan con personas vulnerables tendrán que estar obligatoriamente vacunados el 15 de septiembre para poder seguir ejerciendo.
Vacunas = salud y libertad
La idea presentada por Macron es que la carga de las restricciones que juzga necesarias en este momento el Gobierno recaiga no sobre toda la población, sino sobre los que no se han vacunado. La vacuna significa salud y completa libertad. Si alguien elige no vacunarse tendrá que asumir las consecuencias.
Es un giro importante en la política francesa y también para el resto del mundo Occidental, donde la vacunación nunca ha sido obligatoria. Los analistas prevén que esta nueva política pueda ser adoptada, en uno u otro momento, por más países europeos. Sobre todo si la lucha contra el virus sigue chocando con una parte de la población que no quiere vacunarse.
Así pues, el presidente Macron anunció que Francia va a extender el uso del certificado sanitario, que a partir del 21 de julio se exigirá para ir al cine, al teatro o a espectáculos con más de 50 personas, y desde comienzos de agosto para ir a un bar o a un restaurante, para viajes de larga distancia en transporte público o para entrar en un centro comercial. Esta es la traducción práctica de la nueva política: vacunas equivalen a libertad de movimientos.
Miles de franceses en Túnez
Attal recordó que el paso a esa “lista roja” de Túnez -donde hay miles de franceses de vacaciones- implica que desde el próximo fin de semana a quienes pretendan entrar en Francia desde allí se les exigirá que puedan demostrar un motivo “imperioso”, presentar un test negativo -aunque vacunados- y permanecer en aislamiento. Ese aislamiento será voluntario y de una duración de siete días para los que ya tengan la pauta de vacunación completa y de 10 días para el resto, y en ese caso controlado por las fuerzas de seguridad y bajo la amenaza de una multa de 1.000 euros en caso de incumplimiento
Esas mismas reglas son las que también pasarán a aplicarse a los viajeros procedentes de Cuba, Mozambique e Indonesia.