El pueblo medieval de Girona famoso por sus manzanas: indispensable para visitar en otoño
El Periódico.
- Los árboles frutales dibujan un paisaje de colores brillantes dignos de admirar
- La Atlántida de Barcelona, el secreto de la Barceloneta que sorprenderá a muchos: hoy solo vive en la memoria
- Los 20 municipios de Catalunya más ricos según Hacienda
Uno de los productos más característicos, a la vez que dulces y deliciosos, de la provincia de Girona son las manzanas. Estas frutas, cultivadas principalmente en la zona del Empordà, el Gironès y la Selva se han convertido en un símbolo de la riqueza agrícola y gastronómica del territorio.
Su sabor equilibrado, entre ácido y dulce, y su textura crujiente son el resultado de un clima privilegiado y de una tradición frutícola que se remonta a generaciones.
La manzana de Girona cuenta con la Denominación de origen protegida (Dop), un reconocimiento que garantiza su calidad y la distingue tanto en los mercados nacionales como internacionales.
Digno de admirar
Además, han sido bautizadas con el sello de calidad agroalimentaria Girona Exel·lent por la Diputació de Girona, que reconoce los mejores productos de las comarcas gerundenses. Durante los meses de agosto a noviembre, es la fruta de proximidad que reina en todos los comercios de alimentación locales.
En el transcurso de la época de recogida, los manzanos dibujan un paisaje de colores brillantes que indican que el fruto está listo para su degustación.
Uno de los pueblos gerundenses donde crecen estos árboles es Palau Sator, en pleno corazón de la comarca del Baix Empordà.
Restaurantes destacados
Gracias a las plantaciones que lo envuelven, Palau Sator se ha convertido en una localidad apreciada por aquellos que buscan productos de kilómetro cero y experiencias gastronómicas nuevas.
Entre los restaurantes donde se pueden degustar platos elaborados con las mejores manzanas del territorio se encuentran Mas Pou, Sa Torre o Can Bach que ofrecen una cocina producida con materias primas de la mejor calidad.
Bien Nacional de Interés Cultural
Además de ser famoso por las manzanas, el municipio también destaca por ser una bonita villa medieval. En la Edad Media formaba parte de una red de poblaciones fortificadas para proteger a sus habitantes.
El pueblo, que cuenta con 305 habitantes según el Idescat, se caracteriza por su arquitectura medieval bien conservada y por su tranquilidad, que lo convierten en un lugar ideal para desconectar de las grandes ciudades.
Se encuentra rodeado por un recinto amurallado, donde la entrada más bonita es la de la calle Portal. Resalta la Torre de les Hores, de hasta 20 metros de altura y declarada Bien Nacional de Interés Cultural.
Pueblos más cercanos
También está catalogado como Bien Nacional de Interés Cultural el antiguo castillo, cuyos orígenes se remontan al siglo X.
Igualmente es destacable la ermita de Sant Julià de Boada, uno de los monumentos prerrománicos más importantes y bien conservados de Catalunya.
A pesar de que el pueblo es pequeño, se encuentra cerca de otros lugares de interés turístico como Pals o Peratallada.

