El parón del sector exterior frena la economía, que crece un 1,8% respecto al año pasado
La Vanguardia. La inversión y el consumo de las administraciones púbicas y las familias sostienen el PIB.
El parón del sector exterior ha frenado el ritmo de crecimiento económico de España, que fue del 1,8% interanual en el segundo trimestre del año frente al 4,2% del trimestre anterior. Según los datos provisiones de la contabilidad nacional publicados esta mañana por el INE, en el segundo trimestre la economía española creció el 0,4% respecto al primero, un ritmo más de una décima inferior al 0,6% que registró en el primer trimestre.
Portavoces del ejecutivo, sin embargo, destacaron que “en un contexto de elevada incertidumbre y subida de tipos, la economía española continúa demostrando su solidez y resiliencia”.
El crecimiento del segundo trimestre se vio impulsado por la pujanza de la demanda nacional que creció el 1,5%, gracias a la mejora de la inversión en construcción, bienes de equipo y consumo, de las empresas y de las administraciones públicas, y en menor medida de los hogares. Un comportamiento meritorio, según la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, “en el complejo contexto internacional de ralentización económica y subida de tipos de interés”.
Los hogares frenan su consumo
El gasto en consumo se incrementó un 1,4% respecto al mismo trimestre de 2022: aunque los hogares frenaron su consumo (que creció un 0,5%, una tasa 1,2 puntos inferior a la del trimestre pasado), las Administraciones Públicas incrementaron el suyo un 3,8%, que supone un alza de 2,3 puntos respecto al trimestre precedente y las empresas el suyo un 2,2%.
La inversión o formación bruta de capital subió un 2,2% (1,7 puntos más que en el trimestre anterior) impulsada por la construcción de inmuebles y viviendas, que creció un 4,4%, aunque se frena respecto a los trimestres anteriores. La inversión en maquinaria y sistemas de armamento bajó un 2,8%, frenando el deterioro del 5,9% del trimestre anterior.
La demanda externa, en cambio, aportó solo 0,3 puntos a la economía, 2,5 puntos menos que en el primer trimestre.
Los ingresos por exportaciones han crecido un 0,7% respecto al año pasado, lo que supone 9,5 puntos menos que en el trimestre anterior. Esta desaceleración se produce por un descenso de las exportaciones de bienes (que restan un -3,6%) mientras las exportaciones de servicios (una rúbrica que incluye destacadamente el turismo) creció al 11,2%, doce puntos menos que hace un año. Así, el gasto de no residentes en el territorio económico creció un 33,6% respecto al año pasado, una tasa que es 17,7 puntos inferior.
La ralentización de las exportaciones y del turismo se vieron atemperados por el freno en las importaciones de bienes y servicios, que crecieron solo un 0,2%, por la reducción de la factura de la energía. Las importaciones de bienes se redujeron (−0,6%) aunque aumentaron las importaciones de servicios (un 4,8%, tres décimas más). Por su parte, el gasto de los españoles en viajes de turismo por el resto del mundo creció un 7%, una disminución de 8,5 puntos en su variación interanual.
Desde el punto de la vista de la oferta, el segundo trimestre se vio marcado por el parón de la industria, que tuvo un crecimiento de su valor añadido bruto del 0% en el trimestre, frente al 4,3% del trimestre anterior. Dentro de este sector, las actividades manufactureras aún crecieron, un 1,9%, pero 3,8 puntos menos que en el trimestre precedente. La agricultura creció también muy poco, un 0,5%. El reverso de estos dos sectores fue la construcción, que creció un 5,4%.
En servicios, el valor añadido bruto sumó un 2,1%, 2,3 puntos menos que en el trimestre precedente. La subida de tipos de interés provoca un fuerte deterioro de la actividades financieras y de seguros (bajan un 6%) e inmobiliarias (-3,9%), mientras se mantienen fuertes los servicios tecnológicos, de información y comunicaciones (5,4%) y el comercio, transporte y hostelería (4,4%, pero seis puntos menos que el trimestre anterior).
546.000 nuevos empleos en un año
La fortaleza de la economía se reflejó en el empleo de manera que las horas trabajadas crecieron un 1,3% intertrimestral, con el mismo aumento de los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo. Respecto al año pasado, las horas trabajadas crecen un 0,6%, y los puestos equivalentes a tiempo completo lo hacen un 2,9%, lo que supone un incremento de 546.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en un año y permite la reducción del paro. La agricultura (-3,2%) y la industria (-0,4%) han destruido empleo respecto al año pasado, pero se creó en construcción (3%) y sobre todo en servicios (3,6% de aumento respecto al año pasado). Por ello, la productividad por puesto de trabajo se redujo un 1,1%.
El INE destaca también como reverso negativo las tensiones en los precios. Así, la inflación -medida con el deflactor implícito del PIB- aumentó un 6,0% respecto al mismo trimestre de 2022, una cifra tres décimas inferior a la del trimestre pasado. Pero muy superior a la inflación medida con el Índice de Precios al Consumo, que hoy mismo ha publicado el INE y que muestra un aumento interanual del 2,3%. La variación interanual del coste laboral unitario se sitúa este trimestre en el 5,6%: un aumento importante pero que, recuerda el INE, “es cuatro décimas inferior a la variación experimentada por el deflactor implícito de la economía (6,0%)”.