Efectos del cambio climático en el turismo español en plena temporada alta
Hosteltur. La subida de la temperatura del agua favorece la aparición de microalgas y carabelas portuguesas.
Tras superar el miércoles el pico de la ola de calor que está afectando a gran parte del país esta semana, aunque sus efectos se prolongarán hasta el domingo, los meteorólogos ya nos advierten que ésta será la tónica del futuro: veranos más largos y calurosos. Un calor que eleva asimismo la temperatura media del mar -el Mediterráneo nunca ha sido tan cálido-, lo que favorece la aparición de microalgas y carabelas portuguesas donde antes no llegaban. Son los efectos del cambio climático que afectan al turismo español en plena temporada alta y, lo que es peor, los expertos auguran que se agudizarán en el tiempo.
La subida de temperatura del agua del mar -en el Mediterráneo ya se aproxima a los 30 grados, entre tres y cuatro grados por encima de la media-, está provocando que la temida carabela portuguesa aparezca en lugares donde antes no estaba, como en la playa de La Concha en San Sebastián o en Asturias, aunque en este último caso no se han planteado cerrar las playas al tratarse de ejemplares aislados, pero sí colocar la bandera amarilla por precaución.
Los servicios de salvamento en todas ellas se muestran “preparados para actuar” ante cualquier incidencia. El procedimiento consiste en retirar los restos de los tentáculos con pinzas y aplicar agua salada y hielo para aliviar el dolor, que suele desaparecer en un día, si bien la marca puede tardar un poco más.
Microalgas en la playa
La playa de Las Canteras también ha izado la bandera amarilla de precaución por la anormal proliferación de microalgas y la Cruz Roja desaconseja el baño en las zonas afectadas, mientras Salud Pública del Gobierno de Canarias analiza muestras de agua para confirmar su calidad.
Su presencia se identifica a simple vista por la coloración del agua con manchas oscuras de color marrón, aspecto viscoso y olor intenso. Las Canteras ya vivió un episodio similar en 2017. La orientación de la bahía favorece la llegada de estos organismos arrastrados por el viento y las corrientes.