El precio de la carne en Europa ha subido un 80% desde finales 2020
La Vanguardia. La sequía empuja al alza el precio de los alimentos al causar un descenso de las cosechas.
“A mí, dónde me pongan un chuletón al punto… eso es imbatible….” y también la cuenta es insuperable. El precio de la carne en los mercados europeos se ha disparado un 80% desde diciembre del 2020, con un repunte marcado en los últimos tres meses del año.
Es lo que se desprende de un estudio de CaixaBank Research que se dará a conocer hoy, titulado El aumento del precio de los alimentos en España: ¿qué esperar? . “El incremento está siendo gradual para la ganadería, especialmente debido al alza de los piensos y de los costes energéticos y no tienen más remedio que trasladarlo al consumidor final”, explica Javier Ibañez, autor del informe.
La carne va en contratendencia, porque parece que en Europa los precios de parte de los productos agrolimentarios en la Unión han invertido su fase ascendiente. En lo que va de año (datos hasta marzo), son apreciables las caídas tanto en los cereales (-14,3%) como en los productos lácteos (-12,5%). Hay un decalaje y todavía se tardará para ver si estos retrocesos se consolidan y se repercutirán también al sector ganadero y si finalmente la escalada de la carne se tomará una pausa.
En lo que se refiere a España, hay una buena y una mala noticia. La buena, es que todo indica que los costes de producción agrícola tocaron los máximos el pasado mes de agosto, gracias a un descenso de los precios de la energía (-34,6%) y los fertilizantes (-4,5%). Hay que precisar que en España, estos costes de producción, pese a que se han estabilizado en las últimas semanas, en términos absoluto “se mantienen muy elevados y las caídas recientes no han deshecho la enorme escalada del pasado año”. En efecto, el 2022 ya se saldó con un aumento del coste de la energía de un 60%, de un 74% de los fertilizantes y de un 31% de los piensos.
En cuanto a la mala noticia, la sequía (marzo fue el más seco del siglo XXI) está causando una importante caída de las cosechas agrícolas (la mayoría de ellas con retrocesos anuales del orden de dos dígitos) empujando al alza los precios de los alimentos. Algún ejemplo de ello: los cereales subieron un 42% y el cultivo para la alimentación del ganado un 46%.
La sequía es el imprevisto que retrasa (o aplaza) el descenso de los precios que reclaman los consumidores. En 2022, con las precipitaciones que fueron un 16% por debajo del promedio histórico, el rendimiento en toneladas por hectárea de las cosechas cayó un 18%. “La inercia alcista de los precios agrícolas domésticos de la UE se ha frenado mientras que la de España, afectada por la sequía, todavía no”, dice el estudio.
En este contexto tan volátil, es muy difícil hacer previsiones . “Hay dos factores que inciden en los aumentos: uno es la guerra de Ucrania y el otro es la sequía. Ambos no los podemos controlar, ni prever. Sólo podemos aventurarnos en estimar que si ambas circunstancias desaparecieran, tal vez habría una vuelta a la normalidad”, indica Ibañez.
Mientras tanto, los carnívoros echan las cuentas: se prevé que el consumo per cápita de carne de vacuno en la UE siga con su tendencia descendente y podría mantenerse por debajo de los 10 kg en 2023 .