Turismo sostenible: es urgente actuar y acelerar la adopción de estrategias
Hosteltur. El sector turístico avanza en su compromiso con la sostenibilidad pero a un ritmo insuficiente.
Actuar con urgencia, acelerar las medidas para impulsar el desarrollo sostenible y hacerlo de manera voluntaria, son algunos de los mensajes que se lanzaron ayer en el I Ágora de Turismo Sostenible. Organizado por Hosteltur y Green & Human, el encuentro congregó a cerca de 300 personas del sector turístico en el World Trade Center de Barcelona.
El director de la Fundación Impulsa, Toni Riera, detalló que hace 30 años, cuando habló por primera vez de sostenibilidad, el concepto fue acogido con gran escepticismo. Tres décadas después, reconoce que hemos avanzado, pero no lo suficiente.
En determinados ámbitos se ha logrado una gran convicción sobre la necesidad de avanzar en este compromiso, según indicó Xavier Angrill, socio responsable de ESG (criterios medioambientales, sociales y de gobernanza, por sus siglas en inglés) para el sector turístico de la consultora Deloitte.
“Hay muchas compañías que llevan muchos años trabajando en ese objetivo” e incluso lo han incorporado a sus planes estratégicos, pero admitió que no todas siguen el ritmo adecuado, en especial las pequeñas, porque no disponen de los mismos recursos que las más grandes.
De hecho, en buena parte de las grandes organizaciones, el compromiso con la sostenibilidad se ha incorporado al consejo de administración y un gran número de firmas cotizadas han creado comisiones específicas. Es decir, “se está gestionando al máximo nivel dentro de la organización”, agregó.
Sin embargo, el presidente de Alpitour World, Gabriele Burgio, se mostró más pesimista y crítico. Cree que no existe una verdadera concienciación sobre el problema. “La sensibilización está costando”, aseveró. Recordó que está presente en varios consejos de administración, una circunstancia que le ha permitido apreciar que “hay mucha gente que todavía considera que esto es una moda”. Es más, “muchos no han entendido todavía que esto es vida o muerte”, aseveró.
“Espero que en 15 años esto no sea un tema de conversación, que nos reunamos para hablar de otros temas, que esté dentro de nuestro ADN, como los móviles, ya no hablamos de ellos porque los tenemos todos”, señaló. En su opinión, es fundamental sensibilizar a los ciudadanos desde la escuela.
“Estamos transitando, pero hay que hacer más”, aseveró Toni Riera. También Jorge Schoenenberger, CEO de Grupo Viajes El Corte Inglés, defendió la necesidad de actuar con celeridad. Incidió en que los objetivos ESG tienen que ser una prioridad porque “nos estamos jugando mucho”. Urgió a intervenir y a hacerlo de manera voluntaria: “Tenemos que actuar, no porque lo diga la Agenda 2030. Si no lo hacemos nosotros, los ciudadanos, alguien lo va a hacer por nosotros”, advirtió.
En este sentido, destacó el proceso de movilización interna que están llevando a cabo en su compañía con la participación de trabajadores voluntarios en cuestiones que van a tener gran impacto en la sociedad.
Medir el impacto
Para poder avanzar en el reto de la sostenibilidad, las compañías “tienen que tener muy claro el compromiso que quieren abordar, cómo lo van a hacer, y focalizar los esfuerzos”, expuso Xavier Angrill. Y el siguiente paso “es llevarlo a la estrategia y comunicarlo a la organización. Muchas veces los empleados no son conscientes de los objetivos de la compañía”.
Además, el directivo de Deloitte considera que es fundamental contar con métricas que permitan cuantificar el valor añadido de una estrategia”.
Quien sí dispone de un sistema de medición en el ámbito social es Costa Rica. Como explicó Gustavo Alvarado, director de Gestión Turística y ex ministro de Turismo de este país, cuentan con el llamado indicador de progreso social, que les permite medir “cuánto afecta el turismo, para bien o para mal, en el desarrollo de las comunidades. Con sostenibilidad no hablamos solo de medio ambiente, de empresarios o de turistas, estamos hablando de las comunidades adonde llegan los turistas”, afirmó.
Para ello utilizan criterios relacionados con la educación, la seguridad o el acceso a internet, entre otros. Pautas que no corresponden al sector, pero el objetivo es conocer el grado de bienestar que se está generando en una población a través del turismo, según explicó Alvarado.
Gracias a los esfuerzos realizados en los últimos años, se han hecho avances importantes. “No está mal lo que hemos alcanzado, pero ¿por qué es tan difícil hacer operativa la sostenibilidad?”, se preguntaba Riera.
“No existe un destino o una empresa sostenible, estamos en el camino”, declaró Sandra Benbeniste, directora de Sostenibilidad EMEA en el Grupo Iberostar. Es más, cuando se consigan unos objetivos será necesario plantearse otros nuevos, con lo cual es un proceso continuo.
Durante mucho tiempo, en su país, trabajaron en las cuestiones medioambientales y ahora están muy implicados en la vertiente social, pero “no hay forma de definir un destino como sostenible en su totalidad”, reconoció.
Tanto el representante de Costa Rica como la de Iberostar coincidieron en que nunca se alcanza del todo la sostenibilidad, aunque se hayan conseguido numerosos certificados que garanticen los logros alcanzados, es un proceso continuo.